lunes, 31 de mayo de 2010

Desarrollo social y la protección de la infancia.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Abordemos la problemática de la agresión contra los niños y los adolescentes, la cual rara vez sale a relucir en los medios de comunicación, excepto en Costa Rica, donde hubo la semana pasada un debate interesante, bajo la guía de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, cuyas disciplinas científicas han hecho ingentes esfuerzos por ofrecer teorías aplicadas, desnudando las causas y consecuencias de este flagelo, casi tan destructivo como la guerra o la criminalidad convencional.

La psique del individuo, o sea el alma o su fuerza vital, que no es otra cosa que los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad, experimenta profundos deterioros frente al abandono, la violencia y las diferentes manifestaciones de abuso, en particular al ser los niños y los adolescentes las víctimas.

Permítanme los estudiosos de la conducta humana hacer referencia de este mal endémico, al partir del supuesto en que la patología llega demasiado lejos: las secuelas repercuten en el conjunto de la sociedad. Determinada nación, con una colectividad de individuos que padece enfermedades emocionales, entre ellas, la depresión, el principal síntoma de aquellas personas adultas, quienes fueron agredidos por “sus progenitores o tutores”, es proclive a generar también una cultura o pensamiento social depresivo o infeliz, susceptible de coincidir con religiones fatalistas o doctrinas políticas polarizadoras.

No es casualidad que sea en las naciones pobres y subdesarrolladas donde se reportan las cifras elevadas sobre casos de abuso infantil, en las que también predominan los estados de conflicto social y de extrema violencia. En cambio, este tipo de criminalidad contra los menores de edad es ínfimo en las regiones escandinavas, cuya población disfruta de los índices superiores de desarrollo humano.

Una persona que desde los primeros años de su vida fue objeto de agresiones físicas, morales y verbales en su grupo primario, sea en la familia o vecindarios de elevado riesgo, arrastra una alta probabilidad de convertirse en un incapacitado, en lo que respecta a establecer luego vínculos sanos y constructivos en sus primeras comunicaciones con su medio social secundario, a saber, en la escuela, los amigos del barrio, la ocupación, etcétera. La baja autoestima acumulada, la inseguridad personal y la falta de confianza en sí mismo, lo han programado de manera negativa hacia la fase biológica de adulta.

La poca tolerancia a la frustración por parte del adulto, como resultado de ese paquete de desestímulos, que entraron libremente en la psique del sujeto agredido, en la sensible etapa de los 0 a los 8 años, lo colocarán posiblemente en posición desventajosa, ya que además de lidiar frente a las adversidades externas, deberá abocarse (para sobrevivir) a la tarea de resolver sus minusvalías internas, sembradas en ese periodo (biopsicosocial) de indefensión, el que Sigmund Freud destacaba como el determinante en el desarrollo de la personalidad del ser humano, pues la naturaleza de los eventos de ese entonces habrán de condicionarlo.

Me pregunto si un niño o adolescente, que recibió de los progenitores o tutores humillaciones, desaprobaciones, crueldades, así como medidas correctivas incapacitantes se transformará en un adulto feliz y plenamente realizado. Abramos el panorama. Está por ver si en un país que, además de conflictivo, es indulgente frente al castigo corporal, la degradación e irrespeto contra los menores de edad, producirá bastantes individuos creativos, emprendedores u hombres mentalmente libres de temores, habilitados a convivir con los retos, o bien visualizar los riesgos como oportunidades, todos ellos, los que al final son los portadores de riqueza e inteligencia en las sociedades.

De ser cierto que la frecuencia de los atropellos contra los niños y adolescentes proliferan en las familias de menores ingresos, entonces se infiere que dicho fenómeno es, asimismo, un factor de pobreza, lo que en parte explica el rezago estructural (social y económico) de las naciones del África, Asia y América Latina, si es que aceptamos que esa clase de delito discapacita a los niños, a causa de los traumas que acusan. Lo que viene a ser la base de conductas débiles y disfuncionales. Por el contrario, si desde el inicio de sus vidas (como en Finlandia) los niños hubieron de recibir afecto y estímulos creativos, es mayor la probabilidad de cosechar personas gozosas, con una visión optimista de la vida, innovadores y dispuestos a contribuir con el desarrollo de sus sociedades.

Todo lo anterior, un material en Costa Rica para poner atención a la salud mental, resumido en la fórmula conductista: “estímulo – mente – respuesta”, por aplicar necesariamente en las políticas públicas, relacionadas con el sistema de “cuido a los niños”.

lunes, 24 de mayo de 2010

En la sociedad internacional: diálogo en lugar de guerra

Por: Ronald Obaldía González/Politólogo.

Tal vez merece una oportunidad el acuerdo alcanzado por Brasil y Turquía con Irán, respecto a despejar las dudas en torno a los sospechosos planes nucleares del régimen de los Ayatollahs y del presidente Mahmud Ahmadineyad, quienes aducen “el derecho”, que según ellos le asiste a la nación persa de enriquecer uranio con fines científicos. Pero que Occidente contradice, pues asegura que en el fondo se esconde el proyecto de la construcción de misiles y la bomba atómica, en la región más conflictiva e inestable del planeta, todo lo cual viola lo fundamental de los compromisos adquiridos dentro del Tratado de No Proliferación nuclear en materia de salvaguardias.

La percepción es que en la supuesta postura flexible de los iraníes ante los brasileños y su otro socio, puede haber detrás una “maniobra dilatoria”, que consiste en ganar tiempo, a fin de evitar la cuarta serie de sanciones (que empobrecen a la gente), emanadas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), quien, en adelante, desconfiará de negociaciones adicionales con los iraníes, éstos hábiles en driblar las supervisiones de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), así como reírse de no pocas resoluciones del Consejo de Seguridad.

Esta vez, en lo tocante a la aplicación de sanciones, se sumarán China y Rusia, por cuanto reconocen que Irán incumplió los acuerdos de octubre del 2009 celebrados con los Estados Unidos de América, Francia, Rusia y dicho organismo especializado, que, en síntesis implicaba que el gobierno de Ahmadineyad iría a enviar al extranjero (Rusia y Francia) una parte de su inventario de uranio débilmente enriquecido, a cambio de recibir materiales inocuos, requeridos en la renovación de su atrasado reactor, dedicado a investigaciones médicas (The Economist, 20/V/2010).

Lo acordado por los brasileños y turcos con los iraníes se aproxima a lo consensuado en octubre, con la salvedad de que ahora el gobierno de Ankara custodiaría el uranio persa; igualmente, Ahmadineyad deberá someterse a las supervisiones de la OIEA. Sin embargo, el acuerdo le permitirá siempre a Irán valorar si los contenidos del trato se acoplan con los intereses de producir material con un 90% de enriquecimiento, apto para la fabricación de la bomba atómica (idem).

El presidente brasileño, Luis Ignacio Lula da Silva, y el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, representan todavía a potencias limitadas, tal que los suramericanos aspiran a jugar (infructuosamente) en primera línea internacional, en tanto que Turquía es desdeñada por líderes principales de la Unión Europea (UE), que le impiden su ingreso al bloque comunitario, sobre todo, por la desconfianza generada por un gobierno con vocación islámica, que simultáneamente es proclive al Irán y menos condescendiente con Israel, como sí lo habrían sido los anteriores gobiernos turcos de orientación secular.

Como sea la estructura de los Ayatolahs, en sociedad con la Guardia Revolucionaria, ha sido capaz de controlar todo el país con base en la represión, un factor de primer orden que les permite lanzarse a la aventura de ocupar el lugar de potencia regional en el Medio Oriente, a contrapelo de los intereses de las potencias tradicionales, en particular, los Estados Unidos de América y Gran Bretaña, que además de ser determinantes en las sanciones en su contra, dictadas por el Consejo de Seguridad, protegen al Estado de Israel, el acérrimo enemigo.

Bajo estos antecedentes, es improbable que Occidente tenga la capacidad de disuadir a Irán, a que desista de sus controversiales programas nucleares, o bien acercarlo hacia la aprobación de un mínimo de medidas de confianza; lo conseguido en siete años de negociaciones ha sido ridículo. En concordancia con ello, Irán, con sus aliados Hezbollah, Hamas, cierta fracción de los talibanes, fomenta en la región y lejos de ella, el tipo de terrorismo, basado en la construcción de tentáculos continentales.

Es su respuesta defensiva, que echa atrás cualquier agresión frontal contra sus instalaciones nucleares, toda vez que esa forma iraní de terrorismo representa un elevado factor de riesgo para intereses vitales de Israel, Estados Unidos de América y Europa.

En cambio, por ser diálogos entre Partes casi iguales, al régimen teocrático podría serle empático el nacionalismo brasileño, adjunto a un presidente brasileño que busca guardar distancia de Washington en múltiples tesis de política internacional, opuesto incluso a mayores sanciones contra Teherán; o una Turquía, despreciada por Europa, dirigida por un gobierno alejado de los ideales secularistas de Mustafa Kemal Atatürk, la que desaprobó el año pasado los ataques de las fuerzas judías en la franja de Gaza.

Brasilia y Ankara siguen dispuestas a colaborar en la solución de la disputa sobre el programa nuclear de Irán, de manera “pacífica y apropiada”. Luego, Irán “dio a entender” que aceptaría ese rol de ir a nuevas conversaciones entre iguales, queriendo evitar sanciones de la ONU, las que de verdad no puede resistir, pero que tampoco han sido efectivas. "Lo único que logran es lastimar a la gente, especialmente a la clase baja", como bien lo resaltó el canciller brasileño. Lo mismo acontece en Cuba y Corea del Norte, donde tales medidas punitivas son tan contraproducentes, que paradójicamente perpetúan los regímenes totalitarios allí existentes.

Por eso, hace bien la Iglesia Católica en Cuba, que utiliza el diálogo con Raúl Castro como alternativa, a fin de lograr la liberación de 300 presos políticos y corregir la ruta económica de una nación colapsada. Otra decisión singular es la de Corea del Sur que rehúye la guerra, optando por el diálogo con Pyongyang, con todo y que comprobó que un submarino de la dinastía comunista norcoreana le hundió un barco en la frontera marítima común, cuyo naufragio provocó 50 muertos. Todo lo anterior, reafirma un postulado al que nunca hay que renunciar, como denominador común, en los acontecimientos de la política internacional: “la necesidad de aprender a dialogar con el diablo”.

lunes, 17 de mayo de 2010

El fútbol es política internacional

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

La Federación Internacional de Fútbol Asociación, conocida por su acrónimo FIFA, es la poderosa organización universal que funciona como la máxima autoridad de las 208 asociaciones o federaciones de fútbol de distintos países. Fundada en mayo de 1904, tiene su sede en Zúrich, Suiza. La FIFA organiza los campeonatos mundiales de fútbol en sus distintas modalidades, de éstos el que más apasiona al mundo es el fútbol masculino. Luego de múltiples vicisitudes, ahora se apresta a celebrar este junio la Copa Mundial de Sudáfrica 2010, la primera que se celebra en el África; justamente, en la tierra del líder pacifista negro, Nelson Mandela, quien dirigió la oposición contra el apartheid y su embrión el racismo.

La FIFA cuenta con 6 confederaciones continentales y con 16 países afiliados más que la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sus Estatutos y sus directrices poseen real vitalidad, así como una fuerza ejecutiva (y fáctica) superior a la atribuida a la ONU, quien expresa manifiestos rezagos en cuanto a tales resultados, verticalidad y efectividad. El poder que detenta la singular organización rectora del fútbol mundial, es incapaz de emularlo también la misma Organización Mundial del Comercio, conocida como OMC, establecida en 1995, la que, entre otras cosas, administra los acuerdos comerciales negociados por sus 153 miembros, como los procedimientos de solución de diferencias comerciales que emanan entre naciones.

La FIFA pudo eludir la crisis financiera mundial, salió de ella “sin rasguños”. En el año 2009 consiguió ganancias de 196 millones de dólares. Asimismo, logró aumentar sus reservas económicas a más de mil millones, siendo otra muestra de que el negocio del futbol, como parte de la industria del entretenimiento, desafió la debacle económica mundial. Las autoridades de dicha organización, entre ellas su mandamás, el suizo Joseph "Sepp" Blatter, se jactaron, hace poco, de otorgar la organización de la Copa del Mundo de 2010 a Sudáfrica, pues fue ``una buena decisión económica y comercial''; expresaron que los ingresos por concepto de mercadeo y televisión superan los dos torneos anteriores en Alemania (2006) y Corea del Sur-Japón (2002).

La ONU, la OMC y la FIFA es sinónimo de la dominante triada universal, en su orden, la política, la economía y el fútbol, estas tres últimas instancias, que juntas, añaden poder, ganancias y prestigio a los Estados Nacionales. En efecto, el futbol se ha encumbrado a tales niveles de la sociedad internacional; razón por la cual, en los siguientes días la humanidad se concentrará en este deporte, el que se ha alimentado, en los últimos tiempos, de los conocimientos inherentes a la filosofía y del método científico. Atrás quedó la idea rudimentaria de ser el juego en el que 22 individuos corrían en pos del balón, luego encajarlo en tres postes que sostienen redes; aunque, la emoción del gol no deja de ser un derroche de adrenalina, apenas superado por el orgasmo.

En junio los colapsos financieros quedarán en el olvido. Las complicaciones derivadas de las agendas políticas “serán de no recibo” en los despachos de los gobiernos. Tampoco interesará si hay cientos de millones de seres humanos que viven dentro de los estándares de la pobreza, con todo y sus implicaciones. Los griegos estarán pendientes del rendimiento de su seleccionado, evadirán el dolor de la quiebra de su país, debido a decisiones irresponsables. Tal vez, las guerras de Irak y Afganistán, entre otros conflictos, se sosieguen por estos días, dado que casi toda la humanidad habrá de seguir las emisiones de la televisión, en la realidad del “planeta fútbol”, donde será posible el milagro del diálogo intercultural, cuestión que ni el Vaticano y tampoco la ONU han logrado institucionalizar, ya que es de suponer que carecen de legitimidad y capacidad permanentes en lo que respecta a construir consensos globales.

En cambio, las reglas de la FIFA poseen carácter obligatorio, por esta vía se aproxima a ese ideal intercivilizatorio. Complemento de lo anterior, los Estados Nacionales muestran su debilidad ante esa organización “multilateral”; ellos están inhibidos, de manera absoluta, de interferir en el desempeño de las federaciones de fútbol domésticas, subordinadas a la FIFA. Esto quiere decir, que “el Gobierno universal” sí puede ser realidad algún día.

Probablemente, en Sudáfrica se verán las caras los Estados Unidos de América y Corea del Norte, esta vez la maravillosa competencia del fútbol logrará acercamientos. Bajo los principios del “juego limpio”, habrá de suplir los temores del enfrentamiento nuclear entre estos dos enemigos acérrimos. El incremento de la popularidad (incontenibles), al igual que la competencia internacional en el fútbol, bajo los normas antirracistas, que cada vez se consolidan tanto en las copas mundiales y torneos nacionales, tienen la virtud de ridiculizar las conductas xenofóbicas y las estúpidas políticas antimigracionistas, entre ellas, la ley Arizona en los Estados Unidos de América o aquellas normas que regulan la migración extraeuropea.

El fútbol inteligente y elegante que exhiben hoy las ligas locales de Europa, en cuenta la elevada rentabilidad del negocio, obedece a la presencia de los futbolistas latinoamericanos y africanos. De manera similar, la migración como factor positivo ha hecho evolucionar este deporte en los Estados Unidos de América, sin ella seguiría estancado. Lamentablemente, el fenómeno migratorio en el fútbol, es un componente adicional que ahonda las disparidades entre los países septentrionales y meridionales: el norte rico obtiene ganancias monumentales, importa futbolistas geniales (fuga de cerebros), los que produce la periferia, dado que aquí los recursos y oportunidades de crecimiento son bastante restringidos.

lunes, 10 de mayo de 2010

El contexto costarricense de ahora

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

La real transformación de la economía del café, sustituida por la industria del conocimiento, la alta tecnología y los servicios, a saber, la Banca y el turismo, se ha constituido en factor de cambio del comportamiento psicosocial y político de Costa Rica, cuyo auge se viene vislumbrando desde mediados de la década de 1990.

El fenómeno de la apertura comercial, lo cual es la base de dicho esquema de producción, contribuyó al apogeo de otras actividades concurrentes, entre ellas, los programas nacionales de televisión, el arte, la música y el deporte, lo mismo que el turismo de salud, que en el último lustro comienza a experimentar un extraordinario auge. Al cabo que el mercado manifiesta contrastes, al alentar la convivencia entre grandes complejos comerciales y las microempresas tradicionales y familiares.

En tiempos de la economía del café hubo un mercado reducido, en el que sobrevivía una industria poco desarrollaba, la cual crecía a expensas del monocultivo, sin ocultarse las contradicciones habidas en el manejo del tipo de cambio, así como en la administración del crédito bancario, lo que en parte determinó la estructura ideológica de los partidos políticos rectores.

El proceso de diversificación de la economía, acompañado de la apertura comercial, la atracción de los inversiones, representan hoy los factores dominantes que impulsan el pluripartidismo, que ha puesto bajo amenaza al bipartidismo. Este hecho es el que ha distinguido los últimos procesos electorales, en el que uno de los partidos emergentes busca acelerar la liberalización económica, otros de ponerle límites.

Actores no estatales como las organizaciones no gubernamentales, grupos ambientalistas y los sindicatos, han acrecentado el activismo, corren paralelo a los partidos de oposición, aunque difieren en sus tesis y métodos políticos. Sin embargo, las movilizaciones sociales como tales: el famoso “combo eléctrico”, después el debate sobre el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América (CAFTA-RD) y su posterior aprobación, acabó por otorgarle lugar a un nuevo discurso en contra de la apertura económica, este último, incapaz de lograr permanente disidencia interna, o bien una recomposición económica y política, menos de poner en riesgo la ideología y la institucionalidad liberales, lo que garantiza la estabilidad y seguridad de la nación.

La mejor comprobación de la hipótesis antes dicha, lo es la continuación del bipartidismo en el cuatrienio 2002 – 2006, disminuido en los dos siguientes, al levantarse otras formaciones partidistas. En décadas pasadas estuvo presente la incógnita del rol asignado al Estado, principalmente, en materia de política distributiva de la riqueza. En los comicios recientes, casi todas las formaciones políticas transaron en evitar el desmantelamiento total del Estado; en adelante, es de suponer que se confirme que el aparato estatal continuará la tarea de profundizar la política social, aspecto que tampoco es cuestionado en el pacto firmado por el gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla y el Movimiento Libertario.

Asimismo, el Plan Escudo con que la Administración de Arias Sánchez enfrentó la crisis financiera internacional, que estalló a finales del 2008, atenuó el impacto interno y ha permitido una recuperación veloz de la producción y el empleo (Constantino Urcuyo,2010), incluida la reconciliación entre las ideas del libre mercado con el liderazgo del Estado, ya que renace la consciencia de la necesidad de él como actor regulador de la economía.

Mientras tanto la sociedad civil crece aceleradamente. Aquella adhesión al Estado intervencionista, desarrollador de infraestructura, financista y empresario, propuesta por la CEPAL, desaparece progresivamente. En cambio ahora la burocracia estatal registra ligeras mutaciones, ya que se deja entrever la subordinación suya a las instituciones de la sociedad civil, cuyos efectos se expanden por la totalidad del territorio nacional, a modo de democracia de base.

Esa subordinación que mencionamos, se ha responsabilizado de construir un paisaje diferente, impactando la psicología nacional, la estructura de clases y del empleo, modificados, en particular, por la clase media educada y en ascenso, que se desplaza de las organizaciones burocráticas hacia las esferas económicas privadas, hasta trascender a la creación de micros y medianas empresas de servicios. Igualmente, la clase media ilustrada ha ido acaparando los puestos de elección popular y no pocas posiciones directivas en el sector público.

Ante mayor movilidad social, la cúpula dirigente tradicional, antes dominada por la clase cafetalera, ha ido cediendo el poder, a causa del empuje de la moderna clase social conformada por gerentes, consultores, tecnócratas, banqueros, profesionales, técnicos, formadores de opinión pública, etcétera, nacidos de la clase media, quienes lograron colocarse después en las actividades económicas motoras del siglo XXl. Cabe destacar, las políticas de igualdad de género, las cuales han surtido efectos prácticos en dicha sociedad civil evolucionada, al tiempo que se ha originado un pensamiento constructivo sobre el protagonismo de la mujer dentro de la familia, así como en la estructura económica, lo mismo que en las esferas superiores del Estado.

La expansión por todo el país de las universidades públicas, la proliferación de universidades privadas, como también las distintas modalidades de educación técnica, ha ido modificando paulatinamente la cohesión e integración física de las comunidades rurales, un panorama singular que difiere de la auténtica estructura rural que comenzó a agonizar hace aproximadamente quince años. La aplicación de la ley de zonas francas, la cual toma en cuenta el desarrollo de las regiones rurales postergadas, habrá de transformar su ambiente psicológico y físico. Es de confiar que ello sea parte de las políticas públicas que incidan en la disminución de los índices de pobreza.

La ampliación de la estructura vial hacia las regiones costeras profundiza dicha nueva economía, sustentada en el conocimiento y la alta tecnología, arraigada, de manera transitoria en las ciudades centrales de este país. Significa que la carretera a Guápiles le permite al Valle Central influir de manera gradual en el Caribe; las nuevas vías en la zona norte facilitarán la inserción de dicha corriente de producción en Ciudad Quesada, el principal polo de desarrollo de allí, predispuesto a ello por su potencial agroindustrial, el auge acelerado de los servicios (el turismo), así como la diversidad de recursos naturales, que subyacen como reservas de capital. También se puede considerar que Pérez Zeledón reúne todas las condiciones de infraestructura para albergar industrias de tal magnitud. Caso contrario, es Talamanca en el Caribe, que a pesar de su riqueza ecológica, pareciera estar condenada al rezago, debido a sus condiciones geográficas hostiles.

Dejamos para el final, un componente positivo que aporta valor al desarrollo costarricense, imposible de ser negado. La asimilación cultural de los inmigrantes, tiene ahora mejor receptividad que años atrás. La amarga experiencia a raíz del caso de Natividad Canda amainó los tufos de xenofobia. Las migraciones económicas y no económicas son un fenómeno creciente, todo lo cual enriquece la identidad nacional fundamentada en el pluriculturalismo étnico. Incluso la ampliación de las fronteras urbanas y rurales, como también el fomento de la educación bilingüe obedece a las contribuciones de las migraciones actuales - no solo a las exigencias de la economía global - toda vez que agregan mayor rédito a la identidad y cultura nacionales.

lunes, 3 de mayo de 2010

Grecia, en situación de alto riesgo

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Para asentarse como civilización, el mundo occidental moderno se alimentó del arte, la literatura, la filosofía y de las ideas sobre la democracia “en la polis”, un patrimonio y herencia cultural únicos de la otrora Grecia grande, llamada en esta era la República Helénica. Paradójicamente, en el siglo veinte su devenir estuvo lleno de quebrantos políticos, entre lo cual se distingue la monarquía que pretendía sobrevivir, solo que en 1973 la abolió la férrea dictadura militar, quien a su vez había gobernado ese país con mano dura desde 1967.

El comportamiento ambiguo de los griegos en la Primera Guerra Mundial los colocó en el vaivén de los intereses de las potencias en pugna. Luego la ocupación nazi, dio fuerza a los movimientos de resistencia antifascistas, así como al activismo de la izquierda radical y los anarquistas, que siguen vigentes. Lo mismo que su propia ubicación geográfica: al sur de Europa, ha determinado en parte la historia de los helénicos en los últimos cien años, que junto con España y Portugal, no dejan de ser considerados como el grupo de países rezagados del bloque comunitario, tanto en desarrollo económico como en institucionalidad democrática, ya que por la década de 1970, esas tres naciones fueron regidas por dictaduras militares.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la economía helénica experimentó un creciente desarrollo, gracias a la pujante industria de la construcción de barcos y el dinamismo del turismo, los cuales son las dos principales fuentes de ingresos. A principios de la década de 1980 el país helénico ingresó a la Comunidad Económica Europea. Un positivo repunte en cuanto a infraestructura, le ayudó a la organización de los Juegos Olímpicos Internacionales en el 2004.

Sin embargo, Grecia viene arrastrando complicaciones como la recesión (4% de reducción anual del PIB), 10% de desempleo, así como por años carga una pesada deuda pública (equivalente al 115% del PIB), sofocadas por el agudo déficit presupuestario (13%), el pésimo desempeño en la recaudación de impuestos (principalmente por la evasión y corrupción), la contabilidad nacional engañosa, además de la crisis financiera posterior al 2000 que golpeó su producción. En todo lo cual los gobiernos, sean de derecha o bien los socialistas, han sido responsables directos, así como las propias organizaciones sindicales que presionaron por un Estado benefactor insostenible, para un país de desarrollo medio, periférico, dependiente del crédito internacional, donde la dinastía (socialista e ilustrada) de los Papandreou ha sido un factor clave.

Desde octubre pasado, el gobierno de George Papandreou enfrenta la tentación de suspender el pago de la deuda nacional, lo que supondría un caos para la zona euro, en especial para los mercados de deuda soberana europea y de las acciones de las compañías en las naciones en condición de riesgo, en cuenta la caída del euro a niveles más bajos frente al dólar (The Economist, 2010). Un panorama como éste “espanta a los inversionistas”. Además, contagiaría las economías débiles como España y Portugal, a la también endeudada Italia, toda vez que paralizaría el mercado interbancario de la eurozona ante la inseguridad por moras soberanas (The Economist, idem).

Finalmente, en aras de estabilizar sus deudas, Grecia ha optado por negociar un paquete de rescate con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que puede llegar hasta $150.000 millones durante los siguientes tres años; dos tercios los financiaría la UE, el restante lo cubriría el FMI. Aunque el primer ministro Papandreou se verá obligado a la aplicación de reformas severas e impopulares, tales como, reducir el déficit fiscal hasta el 5% del PIB o menos, el aumento de los ingresos fiscales a través de impuestos, lo mismo que a la disminución del coeficiente deuda – PIB al nivel del 60%, tal como lo dispone el Tratado de Maastricht (Martín Feldstein, 2010). En las medidas de austeridad se contempla elcongelamiento de salarios y de los servicios públicos. Por ahora, Atenas requiere 9.000 millones de euros, a fin de cumplir con reembolsos inmediatos.

Alemania, la principal potencia económica europea, acicateada por la euromoneda, la mayor contribuyente del plan de rescate, mantiene serias reservas frente a la debacle griega, a pesar de que en parte las causas de la quiebra obedecieron al carácter especulativo de ciertos bancos alemanes y de sus ciudadanos, quienes le prestaron a un país vulnerable, por lo que todos ellos igualmente están corriendo el peligro de perder dinero.

Críticos nacionalistas griegos señalan la pertenencia de su país a la Unión Monetaria Europea como la causa determinante de la debacle e insolvencia, ya que perdió independencia y control sobre su política económica y monetaria, sin tomar en cuenta que la economía griega, apenas, representa menos de un 3% del PIB de la zona euro, la cual está incapacitada de influir en la economía y el medio circulante comunitarios.

Grecia había perdido su propia moneda, razón por la cual, estuvo completamente, entre otras cosas, inhibida de devaluar en medio de la quiebra, lo que le hubiera permitido aumentar sus exportaciones de productos y detener las importaciones, factor que pudo haber contribuido a una política fiscal menos dolorosa (Feldstein, idem).

Las acusaciones tampoco se detienen allí, ya que el aparato de decisiones comunitarias demostró lentitud e ineficacia. Similar al colapso de Lehman Brother del año antepasado, el FMI, el Banco Central Europeo (BCE), las calificadoras de riesgo son criticadas por su ineptitud al soslayar anticiparse a la crisis, como también negarse a idear barreras proteccionistas entre Grecia y las otras economías débiles del viejo continente (The Economist), lo que hubiera evitado el inicio del contagio financiero.

Por eso, en la problemática de la insolvencia de Grecia, mezclada con la grave situación de la deuda soberana europea, cobra auge la necesidad de regresar a las regulaciones de inversiones libres, captadoras de rendimientos especulativos.

El fenómeno de insolvencia de Grecia trae enseñanzas a América Central, particularmente a su proceso de integración. En primer lugar, el esfuerzo que deben seguir haciendo estas pequeñas economías por mantener los equilibrios macroeconómicos, lo que conlleva la coordinación de políticas regionales en esta asignatura. Aquí cabe recordar bien la insistencia del Presidente Miguel Ángel Rodríguez Echeverría en torno a esta tesitura. Probablemente, su mensaje en los foros de la integración llegó a crear consciencia, pues el istmo superó bien las crisis de morosidad de deuda, lejos está de los traumas financieros que Grecia experimenta.

Asimismo, el control regional del ingreso por la fascinación de los capitales internacionales especulativos (capitales golondrinas) viene a representar un riesgo a la estabilidad de los sistemas monetarios de cada país, cuestión en lo que vale la pena seguir reforzando los mecanismos preventivosy reguladores, a fin de evitar inversiones dudosas, que eran propias del mundo subdesarrollado, pero que sorprenden hoy a Europa.