lunes, 25 de octubre de 2010

Al Gobierno de Nicaragua: con sabiduría y firmeza.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

A ningún Gobierno de Costa Rica se le ha hecho sencillo lidiar con Nicaragua. Tal vez al Presidente Daniel Oduber, experto en el arte de la táctica y la negociación al estilo de la política realista, se le facilitaron las cosas en las relaciones de su Administración con la dictadura de Anastasio Somoza lll, así como con en el resto de las satrapías militares de Centroamérica, que se situaban en el climax de su mejor
ciclo, dado que los sistemas económicos funcionaban. El sagaz mandatario tico
reconocía que ellos eran los socios inmediatos, siendo imprescindible evitar el debilitamiento del mercado común centroamericano, al cual estas naciones apostaban, a fin de completar el esquema de “desarrollo hacia adentro”, escogido en su proceso de acumulación de capital.

Sin embargo, Oduber se vio en apuros al ser su Ministro de Seguridad Pública, Mario Charpentier, objeto de bombardeos por parte de la Guardia Nacional somocista, justamente en las aguas del río San Juan, ya que el brillante funcionario llevaba a cabo labores de supervisión por esa inhóspita zona, donde se suponía estaban escondidos los guerrilleros sandinistas, quienes ya se organizaban en su propósito de derrocar al somozato. La llamada de atención del Presidente para con su colaborador inmediato provocó enorme revuelo en la opinión pública.

Al Presidente costarricense, como intelectual humanista y demócrata, le desagradaba mantener prudencia alrededor de la dinastía, pero era también un riesgo permitir el colapso de las economías de la región, asediadas por la disminución de la inversión extranjera, favorecedora de la planta industrial, las fluctuaciones de los precios de los combustibles, como también los descensos vertiginosos en los precios de la producción agroexportadora. Había altos intereses difíciles de sacrificar, esas eran las condiciones objetivas, necesarias de comprender.

Mario Sancho, distinguido pensador cartaginés, expresaba que Costa Rica tenía tres
estaciones: invierno, verano y los problemas con Nicaragua. Ciertamente, administrar la última estación ha sido un hecho extremadamente sensible, a causa de la constante repetición de gobiernos conflictivos, guiados por políticos que en su mayoría han sido una completa desgracia para el pueblo nicaragüense; éste noble, honrado y laborioso.
En cambio, de buena fe, los Cancilleres y Vicecancilleres que han ocupado los escritorios de la Casa Amarilla costarricense, al igual que los Presidentes, nunca se han reservado las mejores intenciones por consolidar relaciones saludables y constructivas con el Gobierno de Managua, de ello soy testigo.

El obstáculo mayor lo ha representado, en su momento, la conducta litigiosa y dúctil del gobierno nicaragüense, sometido ya sea a graves acusaciones por mala gestión y administración por parte de los grupos opositores, en especial, los casos particulares de Arnoldo Alemán y Daniel Ortega, o bien a presiones de la comunidad internacional, la cual sigue con atención los pactos antidemocráticos y las violaciones a la endeble institucionalidad en que han incurrido dichos gobernantes.

Con contrapartes de tal naturaleza, se torna inseguro el principio de legalidad internacional, a sabiendas de que ni las sentencias de la Corte Internacional de Justicia o cualesquiera instancia jurídica global, puede surtir efectos deseados en los ámbitos de las decisiones y comportamientos oficiales, en los que, de manera olímpica, se preceptúa en la Carta Magna, que las leyes nacionales están por encima de cualquier convenio bilateral o multilateral.

Cítese por su parte, el último comentario del periódico “The Washington Post” en el que se pone en pésimo predicado la conducta condescendiente de los gobiernos de la región, así como de la Organización de los Estados Americanos (OEA), quienes se han negado a denunciar la manipulación fraudulenta del Poder Judicial y de los órganos electorales, dispuestos ahora a allanarle el camino a las ambiciones del actual mandatario por perpetuarse en el poder, al lado de su familia y “los compas” de la fallida revolución de 1979. A diferencia con el golpe contra el histriónico Mel Zelaya, el que hubo de originar un aluvión de condenas regionales, que todavía continúan impactando la sociedad hondureña, que eligió un Presidente a través de comicios aceptables.

Nicaragua está lejos de ser los exabruptos y la ingobernabilidad, causada por sus dirigentes irresponsables, dedicados a “sanjuanizar” sus lazos con su vecina del sur, que de manera maliciosa desvían la atención de sus descaros, poniendo como estandarte el nacionalismo morboso, jugarreta de sobra identificada, e incapaz de detener la defensa de la soberanía nacional, tal como ha procedido de manera magistral la Presidenta Laura Chinchilla, acompañada en su gestión por un Canciller y dos Vicecancilleres decentes y capaces.

Asimismo, pensemos en que parte de los tesoros del país de Rubén Darío y de Augusto César Sandino se integró a nuestra Patria. De ahí la generosa expresión del Embajador Edgar Ugalde: “no existe un solo costarricense que no posea una gota de sangre nicaragüense”, a su vez fuente de una cultura para forjar un destino de cooperación y respeto mutuos.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

martes, 19 de octubre de 2010

Los gestos generosos de los pueblos.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

No alcanzan las palabras para celebrar con profunda alegría el impresionante rescate de los treinta y tres mineros chilenos, atrapados durante 69 días en las profundidades de la mina de San José de la región de Atacama de Chile. Al apreciar las imágenes por televisión e internet, el mundo tomó consciencia que el planeta es habitado por la obra perfecta de Dios y la naturaleza: el ser humano, ese “nosotros”, capaz de hacer acciones de “bondad salvadora” (Benedicto XVl), como misión medular y permanente, de los mensajeros que aman la vida y la caridad; el preciado don que nos hace trascender y nos inmortaliza también.

Esplendor de Fe y solidaridad, que supera hasta lo infinito aquel pensamiento escéptico, materialista - existencialista, que reduce “el nosotros” a la nada, que admite de manera simplista que la perfecta creación (el ser obra del ágape) consiste en apenas una especie de arrojo, origen de leyes objetivas que arriba a la naturaleza
como un acontecimiento más, obligado a sobrevivir en medio de otras criaturas. Los
mineros, el grupo de rescatistas y sus familias, quienes todos juntos mantuvieron siempre la fe y la unidad en los días más críticos de la emergencia, han conseguido que la humanidad se encontrara con “el nosotros”. Esa palabra de vida y acción, sinónimo de la familia humana, agotada de injusticias, violencia y perversidades, pero que esta vez ha tenido frente a sus ojos la realidad de que es posible superar cualquier escollo, a través de la fuerza del amor y del servicio al prójimo.

Lo observado nos llena de alivio y felicidad, como también nos devuelve la confianza en los gobiernos y los políticos latinoamericanos. Era conmovedor presenciar el compromiso y los gestos auténticos del Presidente Sebastián Piñera durante las tareas de salvamento. Redimido de ideologías, de poses teatrales y demogógicas, el mandatario estuvo a la altura de las circunstancias: lúcido e informado de las labores
operativas; valorando el trabajo de su equipo de rescate, generó desde un principio
confianza en el pueblo chileno.

Atrás la atención de la emergencia, el Presidente Piñera se apresta a sentar las responsabilidades legales; inició los estudios que permitan identificar las fallas que produjeron el accidente, ello en aras de la prevención y anticipación de eventuales riesgos. Asimismo, está obligando a los empresarios a aplicar, lo más pronto, medidas
de seguridad y salud ocupacional en torno a la peligrosa actividad minera. De este
modo, reacciona un líder sensato, pues que le sirva de lección a más de un gobernante en América del Sur.

La semana que pasó ha sido gloriosa para América Latina, acostumbrada a no defraudar en múltiples campos del saber, a pesar de todo. Mario Vargas Llosa, el grande y
auténtico, laureado con el Premio Nobel de Literatura; razón tenía un diplomático
japonés que conocí, quien no se cansaba de repetir que del español nacen las más extraordinarias novelas, poesías y canciones. Su exquisito ritmo es tal, que hasta ha iniciado el camino de la conquista de toda Norteamérica. Con el generoso episodio de las minas, los hermanos chilenos, que dicho sea verdad, viven orgullosos del idioma español, vinieron a ratificar las palabras de ese gentil ciudadano nipón. Si lo hubiera vivido Gabriela Mistral, aquello lo hubiera transformado en versos.

Escenas casi heroicas en estos tiempos del poder del narcotráfico. Un humilde policía en la zona norte de Costa Rica rechazó las mordidas de dos capos mexicanos. No se dejó seducir por el mal de la codicia. Otro pequeño héroe de la humanidad, defensor de los niños y de los jóvenes, quien apegado a la ética del servicio al prójimo, ni siguiera dudó en cumplir con la misión que le ha encomendado la Patria. Las soluciones no son solamente las teorías y los planteamientos en lo concerniente a combatir el flagelo de las drogas y crímenes conexos. El conflicto va más al fondo. Quizás este buen policía nacional pueda ofrecerlas con un español sencillo.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 11 de octubre de 2010

Actores emergentes nocivos

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Actores irregulares sobre cuyo origen hay escasa certeza. Lo cierto es que ahora se transformaron en un sujeto poderoso y violento de la aldea global. En la cúspide de los poderes del mercado del Wall Street, son capaces de colapsar los sistemas económicos. Otra casta de esos actores acaparó el monopolio de la droga. Una élite trafica armas en Pakistán, el Medio Oriente, África y la frontera entre Estados Unidos de América y México; hay mafias dedicadas al negocio de la trata de personas.

Con el llamado a la venganza y la prepotencia, los fanáticos integristas son capaces de provocar pánico y muerte en las grandes ciudades del norte y el sur global. En su conjunto protagonizan conflictos divisivos sustancialmente diferentes a los que nacieron durante las conquistas territoriales de la Baja Edad Media, en manos de las grandes potencias coloniales, que subyugaron los nuevos mundos.

Ni las encrucijadas que arrastró el Renacimiento y la Iluminación hubieron de provocar tanto trauma, a pesar de encarar en extremo las bases del absolutismo y del poder teocrático, al proponer al ser humano otra concepción del mundo, cuya génesis se encuentra en la tradición judía y en el pensamiento greco-romano, los padres fundadores de la civilización occidental, de todo lo cual nace un universal pensamiento religioso y filosófico, el cual sitúa al ser humano libre y digno, como la medida de todas las cosas.

Tampoco la revolución industrial (siglos XVll y XVlll) se percibió como la amenaza mayor, a pesar de los desplazamientos de éxodos humanos en el viejo continente, efecto inmediato de la moderna división nacional e internacional del trabajo, extendida por todo el planeta. Ésta que supuso la ruptura dolorosa con el feudalismo y el régimen de servidumbre, para dar paso a la construcción del orden social, basado en el modo de producción capitalista, con el cual se transformó el régimen de propiedad y relaciones sociales de producción, bajo los postulados del lucro y la ganancia, adherido al valor del trabajo de grandes contingentes humanos, éste medido dentro del emergente sistema racional de producción, como el factor socialmente necesario que les permite a los que ofrecen sus habilidades formar parte del controvertido ciclo de producción de bienes y servicios.

Las dos grandes guerras mundiales del Siglo XX y sus impactos destructivos sirvieron de enseñanzas a la sociedad internacional, lo que despertó la consciencia de los peligros del totalitarismo fascista, así como la imperiosa necesidad de la construcción de “un estándar mínimo” de derechos humanos de trascendencia universal.
Lo siguiente consistió en poner límites racionales a la confrontación ideológica entre el comunismo y el capitalismo y la división bloquista del planeta, complementada con la proliferación de armas de destrucción masiva, expuestas como amenazas globales, concluidas con la caída del muro del Berlín, en la fe y la esperanza por la eliminación de ataduras ideológicas, un mal que pudo devorarnos.

Dicho sea verdad, el apocalipsis contemporáneo lo conforman otros dragones: el narcotráfico, las armas para el crimen, el terrorismo (intolerante) y los estafadores, lo que hacen cierto la maldición de “que el hombre es el enemigo del hombre”. En su transición de lo oscuro a lo objetivo, ese conjunto de enemigos con rasgos distintos asolan al mundo y la persona humana, se comportan como los actores contestatarios, responsables del proceso descivilizatorio del Siglo XXl, creando un tipo de peligros, que van en detrimento de los derechos civiles y las libertades individuales.

Por su lado, las respuestas de la diplomacia internacional, como también de los sistemas policiales y de inteligencia se muestran ineficaces en cuanto a erradicarlos, a diferencia de los horrores y agravamientos del siglo anterior que fueron realmente superados bajo el imperio de la razón y por la velocidad de la ciencia y el
conocimiento. En cambio, las naciones revelan incapacidad y agotamiento político
frente a tales fuerzas del odio y del mal.

Frente a esa impotencia como tal, todavía cabe la solución de construir en este milenio “una gran filosofía y espiritualización de la humanidad” (Benedicto XVl), sobre la base de un ejercicio de la consciencia que resulta bastante simple: sugiero regresar al mensaje generoso del Salmo 23 de David y al del Padrenuestro.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 4 de octubre de 2010

Preavisos a lo latinoamericano.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Otra vez el caos político, sigue siendo la pesadilla latinoamericana. Dos años atrás, Honduras revivió otro de sus episodios, bastante comunes en su historia: los golpes de Estado. Al cabo, que varias naciones de la región, entre ellas el Ecuador, ponen en evidencia que están lejos de quedar esterilizadas de tales cataclismos o interrupciones al frágil Estado de Derecho, que apenas sobrevive, a causa de las aspiraciones y presiones democráticas de la sociedad civil, mientras que las clases gobernantes son un completo desacierto.

Naciones que subsisten dentro de un círculo vicioso, que a sus anchas deben coexistir o con caudillos mesiánicos, politicastros, gobiernos mediocres, el populismo demagógico, la corrupción, los cuartelazos, dictaduras oscurantistas, así como de manera ilimitada con el espanto de la pobreza y la desigualdad social, aceleradores de “traspatios” sociales domésticos y de la desintegración social.

En esos Estados nacionales, como diría Carlos Marx al referirse a las leyes del cambio histórico, éste llega a ser apenas una fantasía, dado que allí la historia retrocede o bien se asemeja a un círculo repetitivo, factor determinante de la reaparición de los mismos males sociales; desgraciadamente, por lapsos hay una combinación de todos ellos.

A diferencia de los países que se encuentran en un callejón sin salida, resulta alarmante la profundización de la brecha entre éstos y las naciones industrializadas como los Estados Unidos de América, Europa, o las nuevas potencias del Asia Oriental, incluyendo la China Popular, que revolucionan sus sistemas políticos y transforman sus modos y relaciones sociales de producción.

Así como Chile, Uruguay, Trinidad y Tobago, Costa Rica, Finlandia, Estonia, etcétera, que en la forma de pequeñas economías desarrolladas, ávidas de alcanzar en pocas décadas niveles superiores de competitividad y distribución social de la riqueza, manifiestan tener proyectos de democracias prósperas, basadas en el crecimiento económico de base amplia.

De las grandes limitaciones de los países rezagados, es la carencia de habilidades para producir gobernabilidad democrática de calidad, como también el desconocimiento de sus reglas fundamentales. Ese vacío lo puede suplir cualquiera, aunque la tendencia en ciertas partes de América Latina es el salto del cesarismo y mesianismo, acompañado de postulados ideológicos anacrónicos, que por falta de racionalidad y metodología, contrastan con las realidades nacionales particulares. La consecuencia de todo ello, son los desvaríos y los gobiernos disparatados, incapaces de construir una consciencia cívica colectiva, ligada a desterrar la corrupción, la pobreza extrema y la exclusión social.

Las enfermedades de la ingobernabilidad y de la desestabilización acumuladas, hubieron de realimentar el caos de esas sociedades nacionales. Otrora dieron origen a la elección de “mandatarios chiflados”, así como presidentes gansteriles que tuvieron que salir huyendo, pero con los bolsillos llenos. El peor de los males siempre en escena, ese actor, dueño de las armas y los tanques, que se autoproclama todavía como árbitro mediador frente a las disputas políticas, y que en el Ecuador demostró aplicar, esta vez, maniobras y tretas menos visibles, de manera tal que se distanciaran de las estupideces del Ejército de Honduras.

La Policía hizo el trabajo sucio, así el negocio del golpe resultaba barato: la excusa de los motivos de la eliminación de las prebendas por la que los efectivos de
este cuerpo protestaron. De modo sospechoso, el Ejército ecuatoriano reaccionó hasta
el final de la revuelta; antes había cerrado el Aeropuerto de Quito, síntoma de lo planificado, porque también, su socio momentáneo, ese Presidente bolivariano, colaborador además del ALBA de Hugo Chávez, éste en el ocaso, lo ha puesto en aprietos políticos, lo cual rompe los protocolos pactados.

Luego del control de la rebelión de los policías, acto seguido, quedó en la sombra el “lenguaje simbólico y oscuro”, que si acaso le servirá de bálsamo al Presidente Rafael Correa: “POR AHORA, TODO EN CALMA.”

Ronald Obaldía González (opinión personal).

lunes, 27 de septiembre de 2010

MISCELÁNEAS GLOBALES.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

- Los diarios nacionales publicaron que Costa Rica recompone sus vínculos con el Estado de Israel, ahora las relaciones entran a su normalidad habitual; al tiempo que la delegación costarricense que participó en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) reafirmó su apoyo a las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, como también se pronunció a favor de la creación del Estado de Palestina. Algunos disimulados antisionistas que reaparecen de vez en cuando por ahí, trataron de promover uniones peregrinas, en desmedro de la fortaleza histórica de los vínculos entre Costa Rica e Israel. Por eso hay que darle la bienvenida a la Presidenta Laura Chinchilla y al Canciller René Castro que ratificaron en Nueva York el curso tradicional de las relaciones con el Estado judío, la única democracia del Medio Oriente, cuyo pueblo y ejército representan la línea de defensa contra el terror, sembrado por el fundamentalismo islámico, que encontró sociedad con las FARC´s colombianas, guiadas hace poco por el recién caído “Mono Jojoy” y sus secuaces.
- Como debe ser. Atinada actuación diplomática de la Delegación de Costa Rica , cerrada con broche de oro, al acompañar a los representantes de las democracias europeas, quienes salieron de la sala de la ONU, en el momento en que el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad exponía “teorías conspirativas” (propias de su estado demencial), acerca de los atentados del 11 de setiembre del 2011 en Nueva York y Washington, que ofenden a los pueblos estadounidense y judío.
- La canciller alemana, Ángela Merkel, en su disertación en la Asamblea General de las Naciones Unidas enfatizó en la necesidad de que los países meridionales (o en vías de desarrollo) deban de estar ante todo bien gobernados, “dando a entender que pueden no solo recibir ayuda sino también ayudarse a sí mismos.” Subrayó que el desarrollo sostenible y el progreso económico y social no pueden siquiera imaginarse sin una buena gobernabilidad y el respeto de los derechos humanos. En cambio el canciller cubano replicó que todos los éxitos que han podido cosechar los países en desarrollo para cumplir con los objetivos que se fijó Naciones Unidas se deben a sus propios esfuerzos, no a la ayuda de los países ricos. Apoyado por Irán, Venezuela y Bolivia, afirmó que el sistema capitalista es el principal culpable de los males sociales del orbe, porque este es “sumamente injusto y expoliador a favor de países ricos”. El perínclito canciller Rodríguez niega que es en su propio país donde la miseria se ha socializado; además se multiplica en los países que lo respaldan en su tesis anticapitalista, a diferencia de los progresos registrados en América Latina, Asia y África en cuanto a la superación de la indigencia y el hambre, conforme con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
- Inmenso repudio provocan las expulsiones de 8000 gitanos búlgaros y rumanos ejecutadas por el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, las cuales violan el derecho comunitario. La preocupación reside en que tales medidas racistas, puedan tener vinculación con las tendencias ultraderechistas y nacionalistas que ganan terreno en Europa, la cuna de los Estados modernos, tal como ha ocurrido en los comicios electorales llevados a cabo días atrás en Suecia, o como patología social, visible en Holanda, Hungría e Italia.
- En un inicio la detención por parte del Japón del capitán del barco pesquero de China irritaron sobremanera las relaciones entre ambos colosos del Asia Oriental, temerosos del pasado que los distancia, pero pujantes hacia el futuro. Lo cual se suma a las disputas por la posesión de las islas Sensaku y Diaoyu, ubicadas en la parte oriental del mar de China Oriental, donde hay abundantes existencias de gas. Sin embargo, estos hechos tienen un consciente histórico, repleto de odios y desconfianzas profundas, renacidos a través de los homenajes de los japoneses a sus soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial, considerados por los chinos como criminales de guerra; lejos todo esto, de sanear de manera convincente los traumas de las imágenes de la invasión japonesa a Manchuria de 1931, extendida hasta el sudeste asiático. Con todo, China Popular y Corea del Sur tienen que reconocer que el Imperio del Sol Naciente ha originado prosperidad por el Asia Oriental.

- “El reino” de Corea del Norte, fase superior del totalitarismo, arropado de marxismo. Se reproduce la sucesión dinástica. Kim Jong-il, enfermo desde 2008, designará heredero a su hijo menor, Kim Jong-un, en la primera reunión de los delegados del Partido de los Trabajadores en 44 años (GEORGINA HIGUERAS). Este 28 de septiembre se encontrarán en Pyongyang los delegados del Partido de los Trabajadores, cuyo objetivo será la elección del "órgano supremo de liderazgo". El secretismo del régimen es tal que es poco lo conocido del nuevo ungido, quien se hará cargo de un país aislado, dotado de armas nucleares y sumido en una profunda crisis económica y hambrunas. La tropical e insignificante dictadura caribeña ha dado evidencias de haber copiado el esquema de sobrevivencia norcoreano.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 20 de septiembre de 2010

Actuar sobre las nuevas generaciones: ampliando con ciencia y tecnología el temario de las relaciones exteriores.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

La agenda del desarrollo costarricense se enriquecerá aún más, toda vez que le sean incorporadas las disciplinas de trabajo de la ciencia y la tecnología, tras ponerse en práctica mecanismos de cooperación, los cuales hagan hincapié en la necesidad de introducir al país en las corrientes avanzadas de la sociedad del conocimiento, en particular, en la investigación y experimentación, en lo cual será responsable la política exterior en el proceso de transformación gradual de sus directrices, en pos de la dimensión global.
Para justificar este último propósito, cabe comenzar con el examen del “Ranking Mundial de Universidades en la Web", la iniciativa del Laboratorio de Cibermetría, que pertenece al CSIC, el mayor centro nacional de investigación de España, por cuanto permite extraer conclusiones acerca del modesto desempeño de la región latinoamericana en las ramas de la investigación científica, y con ello evaluar lo recorrido por Costa Rica.
El ranking en referencia, dado a conocer en julio del 2010, utiliza indicadores que reflejan mejor la excelencia global de las instituciones académicas y de investigación del mundo entero sobre la base de su rendimiento en la web, al tomarse en consideración el incremento sustancial en la producción y la calidad de las publicaciones electrónicas. Específicamente, menos de 10 universidades latinoamericanas conforman el grupo de las 600 que, por la vía de la web, han hecho una vasta producción de publicaciones científicas de alta calidad.
Dentro de la población total de casi 12.000 instituciones académicas del mundo, allí evaluadas, se aprecia también el modesto rendimiento del resto de las universidades latinoamericanas, las que en su mayoría se distancian del selecto grupo de las 600, donde los centros académicos estadounidenses guardan una enorme superioridad sobre las europeas y los países asiáticos desarrollados, éstos últimos que cuentan con economías autosuficientes.
Por su parte, la Universidad de Costa Rica, al ocupar el lugar 575 ofrece señales positivas a este país de estar en capacidad de repuntar en dicha medición internacional, por lo que a través de políticas públicas científicas, en las que se combine el trabajo de las instituciones de educación superior y el enfoque de política exterior, basado en los emprendimientos, sea factible transitar más lejos por los caminos de la productividad, basada en la investigación y la innovación, generadas por los sectores novedosos, que agregarán mayor valor a su sistema económico, así como por el resultado de las investigaciones aplicadas en la agricultura y la reinvención de los procesos productivos convencionales, incluido el sector de los servicios.
Sobre lo señalado líneas arriba, los mandatarios José Figueres y Daniel Oduber dieron a conocer una visión distinta que deparó réditos extraordinarios a la academia, la educación y la cultura nacionales durante la década de 1970. Al percibir que las letras, las ciencias sociales, las artes y la música merecían un desarrollo superior, se abocaron a estimular la inmigración a Costa Rica de académicos connotados, entre los que cabe mencionar a Constantino Láscaris, Teodoro Olarte, Carlos Catania y al maestro Gerald Brown, además de los profesores argentinos y chilenos, quienes dedicaron sus esfuerzos a mejorar la labor de las universidades, así como de las instituciones públicas y privadas, que manifestaron tener competencia en dichos campos del saber.
Las enseñanzas de aquellos líderes políticos, podrían ser retomadas en estos tiempos en que Costa Rica ha consolidado las bases de la robusta institucionalidad y política social (Luiza Carvalho,2010), lo cual le permitirá alinearse con el esquema de economía moderna, basada en el conocimiento de alta calidad, en lo cual da pasos agigantados en las nuevas modalidades de atracción de inversiones de “nuevos orígenes”, lo que supone los productos renovables, la biotecnología, las manufacturas sofisticadas, los dispositivos médicos, la producción de medicinas, la animación y publicidad interactiva, en cuenta la producción cinematográfica.
Posee un gran mérito que, en su misión al Lejano Oriente, el canciller costarricense René Castro visitara la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), dentro de los encuentros diplomáticos que llevó a cabo para acercar posiciones y fusionar intereses entre Costa Rica y la región del Asia Pacífico, de manera particular, para intensificar “los vínculos políticos, comerciales, ambientales y científicos"; para lo cual se entrevistó con distintas autoridades de Corea del sur y el Japón. Todos sabemos que esta es la nueva cara de la politica internacional, como lo resaltó de manera magistral el Embajador Mario Fernández Silva, al acompañar al Canciller costarricense en su visita de trabajo al Japón, en donde fueron abordados también los temas clásicos tales como la paz y la seguridad internacionales, el desarme, los derechos humanos y la cooperación internacional.
El Canciller Castro visitó también las instalaciones de NHK, la compañía de televisión digital japonesa, un modelo que Costa Rica ha escogido recientemente. Este sistema se caracteriza por “sus grandes adelantos tecnológicos y sus proyectos de atención sobre desastres naturales”, cuestión ésta altamente sensible. Esto quiere decir que se debe tomar nota a la declaración de dicha compañía nipona, quien se ha ofrecido a colaborar para asegurar el éxito de la implantación de esta nueva tecnología en el país. Sobre la base de tales acercamientos con el Japón y Corea del Sur, se podría pensar forjar un buen sistema de becas al extranjero que promueva el conocimiento en dicha disciplina aeroespacial, así como en otras asignaturas tecnológicas, similar a lo realizado en la época en que se creaba la Escuela de Medicina en Costa Rica, cuando el Estado mandaba jóvenes al extranjero a estudiar medicina (Yalena de la Cruz).

Así por ejemplo, las nuevas oportunidades en la consolidación del sector aeronáutico y espacial, en lo que Japón puede ser un socio importante, principalmente para fortalecer un programa aeroespacial a nivel centroamericano, se verán favorecidas con la inmigración de científicos extranjeros en este sector, de manera tal que el Estado les pueda ofrecer incentivos especiales que los estimule a residir en Costa Rica, para con ello multiplicar el conocimiento y las investigaciones aplicadas en las universidades e instituciones públicas y privadas, las cuales se desempeñan ya en la comunidad académica nacional.
Sabido es de sobra la enorme brecha científica que separa a las naciones del norte global de las meridionales. De ahí la necesidad de cursar por una distinta etapa de cooperación, orientada a intensificar las negociaciones con las universidades avanzadas de los países desarrollados, a fin de persuadirlas a que establezcan filiales, o bien institutos de investigación en Centroamérica, aprovechando su singular biodiversidad, así como el pequeño y accidentado espacio geográfico, conformado por valles, dos océanos, montañas, volcanes, ríos, lagos, humedales y microclimas.
En el caso particular de Costa Rica, ha sido un acierto la aprobación de la ley de creación de zonas francas, la cual posee atributos para que se puedan instalar unidades productivas de última generación, siempre que el proyecto sea respaldado por los actores privados, sociales y públicos, empeñados en la creación de climas de inversión, sustentados en economías basadas en el conocimiento, el avance tecnológico y la innovación.
Los mismos tratados de libre comercio se aprovecharían como una herramienta de política exterior y comercial, para generar transformaciones sustanciales en la infraestructura industrial y la logística científica de la sociedad costarricense, dado que se ha renunciado a la producción minera y la exploración de combustibles fósiles, ya que deterioran el medio ambiente. Dicho sea verdad, este país está obligado a acrecentar su producto interno bruto (PIB), a fin de generar ingresos mayúsculos en su objetivo de la eliminación de la pobreza, que golpea a casi el 18% de la población. Razón por la cual, es imprescindible producir, utilizando la imaginación y la creatividad.
Así las cosas, el Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla le ha fijado también prioridades al Ministerio de Relaciones Exteriores, en el sentido de convertirlo en promotor activo en el proceso de cambio de la economía, sustentada en el conocimiento y la investigación, ya que a las relaciones exteriores hay que sumarles ideas renovadas, útiles dentro del contexto de una aldea global en constante evolución. En este orden y de ser posible, que Costa Rica ingrese en su momento al Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), hay que afinar la tesis de plantearle a las nuevas economías desarrolladas del Asia Oriental, a que se aparten de los vicios de los países tradicionales altamente industrializados, recelosos de la propiedad intelectual o proclives a poner restricciones a los instrumentos de la cooperación global, relacionados con la transferencia de tecnología.
Mientras que en el sistema educativo habrá descansar el reto de fortalecer la vocación en los niños y los jóvenes por la física, química, las matemáticas, además de los idiomas extranjeros, bajo la perspectiva de dotar a las nuevas generaciones de empleos de calidad y de oportunidades de realización personal. Esto evitará que los ideales e ímpetus de la juventud, se vean frustrados y ésta escoja la vía de emigrar a las naciones ricas; cosa imperdonable, ya que lo cierto es que este país ha invertido en los jóvenes múltiples recursos que emanan del esfuerzo y el presupuesto nacionales.
No sobra tomar en cuenta desde ya el estímulo a favor de los jóvenes profesionales en torno a la creación de las pequeñas firmas y medianas empresas, las fuentes más importantes de innovación y crecimiento del empleo (Barry Eichengreen), a las cuales hay que introducirlas a las tecnologías de la información e innovación científica, así como facilitarles el mejor acceso (preferencial) al crédito e incentivos fiscales.
Una sociedad próspera es una buena razón de ser de la política exterior.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 13 de septiembre de 2010

De la islamofobia hacia otro rumbo.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Quizás resulte una conducta improbable, reparar el dolor de la nación estadounidense, a causa del brutal ataque terrorista de los extremistas islámicos de Al Qaeda contra las Torres Gemelas de New York y las instalaciones del Pentágono, por el que perdieron la vida casi tres mil seres humanos en las horas aborrecibles del 11 de setiembre del 2001. Nadie que se precie de hombre sensato puede dejar de condenar dicho acto criminal, el cual ha devenido en el recrudecimiento de los conflictos interreligiosos posteriores, en los cuales el perdedor ha sido el Islam, que, ciertamente sobre esa religión habían registradas serias reservas teológicas y políticas en el Occidente durante siglos.

La naturaleza violenta y expansionista de la religión fundada por el Profeta Mahoma, más acá en la historia: el odio de los musulmanes contra el pueblo judío, continúan siendo factores determinantes que profundizan ese escepticismo, al cabo que los grandes aportes de los árabes a la humanidad son hoy ignorados, ya que el impacto del 11 de setiembre disipó cualquier intento de reivindicarlos. Si es que hubo de existir esa noble voluntad, tomando en consideración que en Europa, un tanto menos en los Estados Unidos de América, se percibía desde antes un creciente sentimiento racista antimusulmán, sea por los flujos migratorios o diásporas de árabes, turcos e iraníes que los eligieron como puntos de destino.

De lo comentado líneas arriba, es testigo la accidentada convivencia entre los europeos y los mahometanos, la que revela hechos indeseados, en el que la discriminación y la persecución han sido notorias, en especial, porque el brazo de
Osama Bin Laden alcanzó España y Gran Bretaña. Con distintas motivaciones y a
pesar de sus posturas sociales, criticadas por su partido de derecha, la disconformidad contra el Islam en Europa, se reflejaron también en Angela Merkel, la Canciller de Alemania, al entregar días atrás el Premio de la Prensa Europea al dibujante danés Kurt Westergaard, autor de la caricatura que muestra a Mahoma con una bomba en el turbante.

Desde la publicación de las caricaturas, la policía danesa ha desmantelado varios intentos de asesinar a Westergaard; por su parte, numerosos líderes musulmanes exigieron que se protestara contra los dibujos, lo que desencadenó una ola internacional de manifestaciones violentas. El dibujo satírico, para muchos europeos significó la libertad democrática de crítica y de opinión. En cambio, otros suponen que “se trata de una indignante ofensa religiosa digna de merecer agresiones”. En su discurso introductorio a la entrega del galardón, Merkel destacó ante Westergaard que "el secreto de la libertad es la valentía". En la enfática defensa de las libertades civiles, la Canciller demandó que las consecuencias sufridas por el caricaturista "sean una advertencia para todos nosotros".

Las reacciones surgieron pronto. El Consejo Central de los Musulmanes en Alemania
(ZMD) criticó la presencia de Merkel en el acto y juzgó la entrega del premio como "muy problemática en estos tiempos de tensión"; lo cual coincide frente al rechazo de la opinión estadounidense en torno al proyecto de construcción de una mezquita que se proyecta en la “Zona Cero” de New York, donde fueron destruidas las Torres Gemelas, así como la respuesta del pastor Terry Jones, líder de la minúscula Iglesia protestante “Dove World”, quien estaba decidido a quemar 200 ejemplares del Corán, al que compara como el “libro del demonio”.

En apuros ha puesto el pastor evangélico al Presidente Barack Obama, que de inmediato deploró la amenaza de la quema de los Coranes, mientras que el mandatario ha defendido la construcción de la mezquita en “la Zona Cero”, tratando de convencer a la ciudadanía que los valores de la nación descansan en la tolerancia religiosa; según él, el Islam tampoco es el enemigo de los Estados Unidos de América.

Las declaraciones del Presidente han sido replicadas por la derecha religiosa, así como por “los revoltosos” del movimiento “Tea Party”, que entre varios cuestionamientos acusan a Obama de simpatizar con el Islam, no sin antes proferir ataques racistas, retomados por agrupaciones conformadas por los sajones blancos, que se han fijado como tarea perseguir a los islámicos dentro del territorio.

El ambiente internacional de persecución frente a los mahometanos tiende a prolongarse por este siglo XXl, encendido por factores de conflicto y erosión bien arraigados, a saber, la insistencia del Irán en concretar sus programas nucleares, acompañada de sus ambiciones subimperialistas en el Medio Oriente, como también las condenas internacionales contra los Ayatolas y el gobierno persa que se disponen a lapidar una mujer por haber cometido adulterio; el apreciable número de mujeres árabes víctimas de los preceptos del Islam; la precaria situación del gobierno secular de Somalia asediado por la insurgencia integrista, cuyos tentáculos se extienden por el África y el Cáucaso; y, también la peligrosa influencia de los talibanes tanto en Afganistán como en el Estado fallido del Pakistán (nuclear), éste patrocinador del terrorismo en Cachemira.

Cabe señalar que la “islamofobia” podría correr largo, tal que la alternativa equivocada del aislamiento gradual pase a transformarse en la segunda fase, con base en el uso de la versión depurada de la Franja de Gaza, adoptada como experimento contra Hamás y Hezbolá, cercanos al régimen de los Ayatolas, los que complotan el proceso de paz entre Israel y el gobierno Palestino; al tiempo que gozan de la desconfianza del resto de los Estados árabes, que se resisten al proyecto hegemónico de los chiitas iraníes, pero que a su vez, son un riesgo, por cuanto se niegan a abrir las sociedades nacionales, maltratadas por el autoritarismo, la corrupción, la desigualdad social y la misoginia. ¿Entretanto, qué puede ofrecer ahora el Islam para atenuar este oscuro panorama?

Ronald Obaldía González (opinión personal)

De la islamofobia hacia otro rumbo.

De la islamofobia hacia otro rumbo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Política migratoria para la cohesión social.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Estudiando la nueva Ley general costarricense de migración y extranjería, de las primeras conclusiones que es válido destacar, son los valiosos aportes que este Ministerio de Relaciones Exteriores llevó a cabo durante el recorrido de lograr una moderna e inteligente ley en dicha materia, la que a su vez recoge la mayoría de las inquietudes abordadas en las múltiples reuniones bilaterales, celebradas con las naciones reproductoras de migraciones permanentes, las cuales tuvieron lugar en el lapso de 1990 al 2007.

Componentes jurídicos, políticos y culturales arraigados en el sistema democrático son reflejados de manera lógica por dicha normativa. No fueron en vano las convocatorias binacionales promovidas por esta Cancillería, en las cuales la cuestión migratoria concentraba enorme atención en los debates.

Con algunos de los países había alta tensión, con otros menos. Sin embargo, las contrapartes nacionales eran cuidadosas en el instante de poner en blanco y negro los acuerdos emanados. Con todo, la preocupación central en Costa Rica tenía que ver con la carencia de política migratoria bien institucionalizada, esto mismo se visualizaba como la tarea quizás más compleja, dado que la anterior ley se había quedado rezagada en cuanto a contenidos y eficacia, por cuanto el fenómeno migratorio en este país dio desde la década de 1980 un giro acelerado.

La resistencia y los prejuicios se asomaban en las negociaciones que se organizaron de manera particular con Nicaragua, ya que los gobiernos costarricenses de ningún modo renunciaron a ordenar, regular y controlar los flujos migratorios. Las fallidas soluciones y las herramientas que apenas funcionaban, pusieron en riesgo, en ocasiones, el objetivo de aprobar normativa de última generación, que conciliara los intereses del Estado y la sociedad nacionales con las demandas de la comunidad inmigrante y refugiada.

El común denominador en los países receptores de los movimientos de personas ha sido la contradicción y el desacuerdo, es suficiente con seguir las ácidas discusiones en los Estados Unidos de América y en su singular "Ley Arizona", lo que pone de relieve las múltiples barreras políticas y psicosociales, que entorpecen las iniciativas de la Casa Blanca; por eso aparece la sociedad dividida entre quienes se inclinan por las deportaciones masivas y los que tienden a defender y proteger los migrantes ilegales, vistas como opciones encontradas en las diversas instancias institucionales.

No sobra considerar, que Costa Rica dio un paso significativo en la resolución de tal complejidad. Bajo los fundamentos del Estado democrático de derecho se encontró la fórmula balanceada, que ha de facilitar la integración y la asimilación de estas transferencias culturales, por lo que ello vendrá aliviar el peso de una realidad que es inherente a la dinámica de la globalización.

Aunque poco perceptible, la sociedad costarricense no se escapa de la amenaza que implica la desatención de los flujos hacia afuera de ciudadanos. La región de Los Santos, lo mismo que Pérez Zeledón son fuente de tales movimientos, cuyo destino son los Estados Unidos de América y el Canadá, todo lo cual los busca prevenir la nueva Ley de migración al postular “que las personas costarricenses tienen el derecho a no migrar” (sic).

Conexo a esto último, está presente el riesgo de dejar desapercibida la fuga de talentos, susceptible de transformarse en grave desafío, a menos que se construyan oportunidades académicas y se amplíen los mercados y las inversiones, factores que habrán de ser útiles para contenerla. O bien que se piense en la reintegración de la inteligencia, mediante la dotación de toda clase de incentivos, incluyendo la producción editorial, la concesión de créditos a la investigación científica, así como las facilidades tributarias en la inauguración de empresas e instalación de laboratorios. Lo interesante es que ya existe en Costa Rica una excelente ley migratoria, que permite desarrollar proyectos imaginativos.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

martes, 31 de agosto de 2010

En Irak sí hay futuro.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Merece un elogio el retiro anticipado de Irak de las últimas tropas de combate de los Estados Unidos de América, al adelantarse dos semanas antes de la fecha establecida por el Presidente Barack Obama, al tiempo que se pone oficialmente fin a una dolorosa guerra que se inició en el 2003, que tuvo una duración de más de siete años, la cual dejó como saldo la pérdida de miles de vidas humanas y elevados costos económicos, políticos y sociales.

Asimismo, hay que reconocer que el fin de la misión de combate viene a ser un momento de celebración, a pesar de que la comunidad internacional ha sido reservada en manifestarlo. Dicho sea verdad, las acciones controversiales del Presidente George W. Bush al autorizar la guerra iban a contrapelo de los cálculos de las grandes potencias como China, Francia y Rusia. De ahí que resulta hipócrita aquella argumentación acerca de las violaciones al derecho internacional, así como los principios del multilateralismo, lo cual supuso que arrastraba la decisión de la Casa Blanca de atacar.

Tomo como precedente que Moscú y los gobiernos francés y chino disimularon la política de terrorismo de Estado, ejecutada por Saddam Hussein durante décadas. Acaso esto no era de extrema gravedad, al dejarse indefenso y desprotegido al pueblo iraquí, quien por sus propios medios era incapaz de deshacerse del gobernante opresor. Había intereses de fondo en ese solapado respaldo, uno de ellos el comercio de armas, influenciado por la particular dependencia de China y Francia en torno al petróleo iraquí.

Por parte de Rusia, revestía una especie de táctica la alianza tejida con los resabios del panarabismo nacionalista (antioccidental) que abrigaba el partido Baath, el cual le servía de plataforma y farsa ideológica al tirano de Bagdad, representante a su vez de los musulmanes sunitas, minoritarios, quienes así detentaban el poder para someter y atropellar a los chiitas y los kurdos, entre otros grupos étnicos.

Difícil es olvidar la crueldad del régimen del dictador Hussein contra los iraníes en la guerra de la década de 1980, la cual se prolongó por ocho años. Al igual que las armas químicas lanzadas en el norte del país contra la minoría kurda, las que luego alcanzaron para castigar la mayoritaria población chiita (musulmana) residente en el sur del Irak, las dos etnias que se rebelaron frente al gobierno genocida y conculcador de los derechos humanos, tras el final de la ocupación del Irak de Hussein del débil Kuwait a inicios de la década de 1990.

En cambio los viejos trucos diplomáticos antiestadounidenses guardan condescendencia con actos tan repudiables como la discriminación y la violencia de la que son objeto los uigures musulmanes, lengua de origen túrquico y alfabeto árabe que habitan en Xinjiang, región de la China continental, como también de la que son víctimas los tibetanos budistas residentes en el Tibet, cuya identidad cultural se ve amenazada por el totalitarismo proveniente de la dominante etnia Han.

En este capítulo, bien se pueden registrar las invasiones rusas contra Georgia en el Cáucaso sur, apenas censuradas con timoratos comunicados internacionales; o bien el relativo silencio alrededor del exceso de fuerza frente al pueblo de Chechenia, actual enjambre del terrorismo patrocinado por el integrismo islámico: un bumerán alentado por la torpeza de la política dura del Kremlin.

Innegables hubieron de ser los desaciertos de George Bush al decretar la guerra, dada la comprobada inexistencia de armas atómicas en esa nación árabe, la principal justificación de Washington para derrocar a Saddam Hussein. De cualquier modo, la humanidad se liberó de un genocida que martirizó al mundo musulmán. Hoy ese país está mejor que antes, con la perspectiva de que sus instituciones políticas se aproximan gradualmente al sistema democrático, similar al que funciona en Occidente.

Al cabo se ha logrado sofocar la insurgencia de los extremistas chiitas y de algunos reductos sunitas vinculados con las células terroristas. Asimismo, la mayoría de los sunitas ha asimilado la tesis de compartir el poder con sus adversarios. El obstáculo principal es Al Qaeda, protagonista de las últimas acciones terroristas. Sin embargo, esa organización ha sido golpeada fuertemente; mientras sus redes sean desmanteladas en el Medio Oriente, Pakistán y Afganistán, la consolidación del gobierno pluralista es un proyecto que se puede concretar en la nación iraquí, a mediano plazo.

En un Medio Oriente inestable, dominado por sistemas políticos semifeudales y autocráticos, cabe confiar en que la salida de las tropas estadounidenses será bien aprovechada por el pueblo y el gobierno de Irak, a efecto de hacer realidad su aspiración en que la seguridad de su país, sea provista por los mismos iraquíes, incluido el compromiso de enmarcar la cooperación estadounidense en las tareas de asesoramiento y mejoramiento de la formación de las fuerzas de seguridad locales. Todo ello en aras de hacer perdurables el orden, la gobernabilidad, al igual que alcanzar grados mayores de democracia, el antídoto que habrá de contrarrestar la violencia provocada por los grupos terroristas.

lunes, 23 de agosto de 2010

La política exterior con múltiples dimensiones, caminando al brazo de la tecnología.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Sin desentenderse de las problemáticas de la agenda global, tales como los retrocesos
en los derechos humanos, la reaparición de zonas de conflicto regionales, el deterioro
ecológico, las pronunciadas desigualdades económicas, así como la inestabilidad del
sistema financiero; las pequeñas economías desarrolladas, como el caso particular de
Costa Rica, que se empeña en mejorar su competitividad, deben desplegar sus máximos
esfuerzos en aprovechar todas las oportunidades que ofrece el entorno científico y
económico.

De ahí que sea conveniente examinar los contenidos de la política exterior nacional.
Este cometido trae consigo afinar las estrategias y las prioridades en aras de lograr
la más óptima vinculación con los cambios innumerables, experimentados en el mundo.
Lo que quiere decir que la lectura correcta de la evolución de la humanidad, es una
tarea que corresponde a las distintas ramas del saber, en cuenta la actividad de las
relaciones exteriores, las que se sienten comprometidas en esta época a lanzarse a la
búsqueda de mayor conocimiento, como también a innovarse, a través de la creación de
agendas bien pensadas, por la puesta en práctica de herramientas renovadas, tal que
la comunidad y Estados saquen provecho de los beneficios que las interconexiones entre
naciones depara.

Ninguna actividad humana puede estacionarse en el Olimpo, razón por la cual tampoco
puede perder de vista su sentido de aplicabilidad, su misión de transformar la
sociedad, agregando valor social, habida consideración de que está llamada a generar
productos, sean ideas o cosas tangibles.

Los japoneses, los coreanos y los taiwaneses, entre otras culturas, ofrecen singulares
ejemplos “de pensar en grande”, mediante el enfoque de relaciones exteriores
aplicadas. Es bastante común observar a sus diplomáticos, científicos y funcionarios
públicos escudriñar los avances que perciben de los países adonde se dirigen.
Concurren a las universidades para conversar con sus colegas; toman fotografías sobre
las novedades que captan su atención; asisten a los diferentes foros que se organizan;
estudian la historia y los acontecimientos cotidianos del país. En otras palabras,
aprenden de los desarrollos que registran otros pueblos que repuntan o que son más
avanzados que ellos.

Luego deciden abocarse a la tarea de reportar los hallazgos explorados, lo cual será
sometido a examen, en la medida que serán susceptibles de generar permanentes
revoluciones científicas en sus propios países. Entusiasmados por el conocimiento y
la tecnología, los asiáticos hicieron grandes sacrificios por enviar a los jóvenes a
las universidades europeas y estadounidenses a capacitarse, para después regresar a
sus territorios de origen a enseñar lo aprendido en el extranjero.

Fue así como el Lejano Oriente dio la bienvenida a la ciencia aeroespacial, la alta
tecnología, las estructuras de la ingeniería occidental, los conceptos de gerencia y
metodologías sobre reconstrucción de mercados, de forma tal que ellos lograron superar
a un ritmo extraordinario sus economías atrasadas, las cuales dependían décadas atrás
de la producción agrícola rudimentaria.

Todo ello implica en las sociedades, un cambio sustancial en la cultura, la ética y
valores nacionales, en el sistema educativo y, en especial, la visión de la que se
alimente la administración pública y el sector privado. Estas concebidas como
instrumentos de cambio en el proceso de la inserción de determinado país en la aldea
global (Manuel Formoso), al abrigar el conocimiento y productos de última generación,
como lo emprendieron los países del Asia Pacífico, además de Australia, la India y
Nueva Zelanda, quienes consolidaron un acuerdo nacional en esta dirección, lo cual les
ha permitido integrar sus economías a la revolución del siglo XXl.

Costa Rica ha dado pasos agigantados, sin embargo, hay que realizar labor mayúscula.
Estas lecciones las comprendió y aplicó el Presidente José María Figueres Olsen (1994 ¬
1998), al atraer un segmento de las operaciones de INTEL, la compañía transnacional
que operó primero aquí como “una maquila tecnológica” (Abraham Sánchez Obaldía, 2010)
hasta emprender hoy el objetivo de la investigación y el diseño en alta ingeniería del
software.

La llegada de INTEL marcó el comienzo de la revolución tecnológica en este país. Es
de admirar las evoluciones del trabajo de esa compañía y su influencia en el sistema
productivo nacional. Ahora los costarricenses han dejado de ser simples espectadores,
para transformarse en productores de alta tecnología, así como en pequeños
empresarios, a raíz de los procesos de encadenamientos (clusters) que se han
derivado de las operaciones de esa poderosa empresa transnacional.

Hay por delante aportes del sistema jurídico, el cual se ha visto obligado a
modificarse, con la nueva ley de zonas francas, en aras de ser receptivo a la
atracción de inversiones en el sector de las ciencias avanzadas, pues se originan las
condiciones propicias, en cuanto a cimentar industrias e infraestructura científicas,
con base en la importación de tecnologías protegidas bajo criterios tributarios y
fiscales flexibles. Con el aporte del Estado y de la sociedad en su conjunto, la
ciencia de última generación dejará de ser una cuestión distante de la realidad
económica del país.

Así entonces, merecen el reconocimiento el proyecto de desarrollo de la industria
aeroespacial en la provincia de Guanacaste, impulsado por la Presidente Laura
Chinchilla, por intermedio de la Cancillería de Costa Rica, asociada con ciertas
instituciones públicas y privadas, a fin de gestionar la instalación de industrias
aeroespaciales (cluster), partiendo de las experiencias desarrolladas por Franklin
Chang, con su filial de Ad Astra Rocket, en la producción del motor de plasma para ir
a asteroides u otros cuerpos celestes.

Asimismo, en dicho proyecto se tienen contemplados la negociación de acuerdos y
convenios, bilaterales y multilaterales, destinados a fomentar el desarrollo de esta
industria, a través de la colaboración de los diferentes actores estratégicos, que
actualmente interactúan en el mercado aeroespacial de Centroamérica (Carlos Alvarado
y Natalia Chaves B. sic). Lo citado en líneas anteriores, supondría la cooperación
internacional y, en particular, la de las grandes metrópolis científicas, un recurso
que funcionaría como herramienta de cara al fortalecimiento de la integración
ístmica.

Por algo hay que empezar. Las futuras generaciones merecen convertirse en sujetos
activos de la producción científica, no ser simples espectadores, o a la sumo
consumidores pasivos de los beneficios de los hallazgos científicos del mundo
desarrollado. Para evitar tal repetición, cabe inculcar en los niños y los jóvenes
costarricenses el apego por el estudio de la lógica, las matemáticas, la astronomía,
la física y la química, saberes en los que también el resto de los científicos
sociales deberían contar con un mínimo de conocimientos, y viceversa. Con ello, el
universo de las disciplinas académicas se aproximarían al objetivo de la unificación
del método científico, tal como lo postulaba Mario Bunge en su obra genial: “La
investigación científica.”

Por otra parte, resultan alentadoras también las políticas de la Coalición
costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE) de atraer inversiones de alta
calidad en materia de biotecnología, tecnología limpia y energías renovables, lo
mismo, que de entretenimiento por la vía de la producción digital y la publicidad
interactiva. Dentro de sus planes se encuentra también atraer empresas extranjeras de
producción cinematográfica.

Lo que se ha venido comentando son buenas señales de que “si se puede” pensar en
grande en Costa Rica. No es otro camino que apostar por las ciencias del futuro,
sinónimo de prosperidad nacional; que su enseñanza y aplicación sea un modus vivendi,
en tanto que son precursoras de estados superiores de soberanía y libertad individual
y colectiva.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 16 de agosto de 2010

Democracia es diversificación.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Una democracia que sea monótona corre un grave riesgo en cualquier país, puede constituir un síntoma de agotamiento y descomposición. En cambio, si es polifacética, donde abunda la diversidad de ideas y complejidades, todo ello interconectado tanto en el ámbito doméstico como con la sociedad internacional, deparará un sistema político robusto, abierto y con extraordinaria capacidad de adaptación y recuperación frente al contexto y las demandas globales.

Habrá de alcanzarse una democracia vital, mientras concurra el libre debate, lo mismo que el entusiasmo, el compromiso de la ciudadanía y del correcto funcionamiento de las instituciones representativas, en el sentido de producir respuestas y soluciones alrededor del universo de dificultades e incertidumbres. Sin embargo, la violencia, la guerra y los comportamientos autodestructivos representan la antítesis, que distan de enriquecerla; en tales casos se asoma el peligro del totalitarismo, autoritarismo y el caos anárquico, cuyas raíces son difíciles de extinguir.

Una cuestión similar suele ocurrir en las organizaciones públicas y privadas, que se añejan o desaparecen del todo a falta de renovación e insuficiencia de conocimiento, que facilite atender los riesgos y los cambios del entorno. O que simplemente se duerman en los laureles (o el confort), a causa de los éxitos alcanzados, por lo que se estacionan en el tiempo y en el espacio, defendiendo su posición de poder, el cual se desgasta, como consecuencia de las leyes y fuerzas del cambio que, dentro de su propia naturaleza, arrastra la novedad y un cúmulo diferente de preocupaciones. La efectividad de las soluciones dependerá del análisis y el acople apropiados, medido en la correspondencia con las realidades particulares y transitorias, a pesar de que la dictadura y el autoritarismo traten de prolongar el estatus, en aras de sobrevivir, sean los regímenes islámicos, el comunismo totalitario y las autocracias militares de derecha.

De ahí que las naciones que acarrean rasgos autoritarios sacan provecho de un solo tema o un mínimo de ellos, a fin de perdurar. Puede que les dé réditos ideologizar la seguridad nacional, amenazada por el supuesto del enemigo interno o externo, o magnificar un resultado que se convierte en fetiche, el primer eslabón del fanatismo y la intolerancia. Algunas veces son las cifras económicas elevadas, generadoras del falso orgullo nacional; el peso del componente religioso, que opera en determinadas circunstancias, como aparato enajenador de masas; así como el incremento del potencial militar por parte de un Estado nacional, toda vez que realimenta el comportamiento antidemocrático y el nacionalismo desviado. Dicho esto, cabe recordar el exceso de euforia de los pakistaníes al fabricar su propia bomba atómica, con todo y su condición de pobreza extrema y postergación.

En las sociedades nacionales hay problemáticas sumergidas, empantanadas y hasta reprimidas debido a inalterables patrones culturales. Aquellas subsisten como tabúes al predominar en ciertos países el oscurantismo, la persecución y la discriminación, en sus diversas manifestaciones. Razón por la cual, luego tomarán forma de conflicto y de disolución social. Entretanto, la filosofía y la ciencia que se nutre de la reflexión y la contradicción se encuentran allí en completa desventaja; la sociedad abierta es inimaginable.

Por este motivo, “el no conocimiento” continúa transformándose en pensamiento único; quienes lo cuestionan vivirán en la clandestinidad, así habrá una legión de infieles, herejes y traidores; entonces se legitima la costumbre de la lapidación en el Medio Oriente, la prisión en las mazmorras y la pena de muerte en los sistemas despóticos; como también los estereotipos y las descalificaciones de las que son objeto, injustamente, las minorías en el mundo occidental, especialmente los migrantes, los homosexuales y múltiples grupos étnicos y culturas.

Para alcanzar la prosperidad democrática es requisito ineludible la mayor diversificación en las relaciones de la gente en comunidad. Tampoco quiere decir que la diversificación implica un distanciamiento con la ética y las convicciones genuinas de la sociedad. Pero, sí significa cambios en la forma de entenderse y convivir, al compartir nuestras concepciones, emprendimientos individuales y los proyectos como nación. También, los sistemas políticos progresistas, entre ellos, el costarricense, Estados Unidos de América, Canadá y una buena mayoría de los países europeos, buscan abrir las puertas a cualquier corriente de pensamiento y a los intercambios con otras culturas, sea a través del comercio o por las vías diplomáticas activas y versátiles; dicho accionar forma parte de sus propias fortalezas, lo que explicó otrora el fracaso del marxismo en ellos.

Al mismo tiempo, en las democracias avanzadas han sido eliminadas las palabras temor y prejuicio del diccionario, porque conforme salgan a relucir a la superficie los temas sumergidos e identificar las soluciones, mayor es el fortalecimiento de la institucionalidad. Ningún trauma habrá de generar el debate sobre la igualdad de género, los derechos de los homosexuales, la dolarización de la economía, la legalización o la prohibición del consumo de la mariguana, la regularización de los migrantes, etcétera, dado que la sociedad en su conjunto aprende a respetar las diferencias encontradas en el prójimo, el postulado que puede llegar a ser la figura del onceavo Mandamiento.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

lunes, 9 de agosto de 2010

La Colombia de Álvaro Uribe.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Juan Manuel Santos toma las riendas de Colombia, de los pueblos cultos de América
Latina; el país donde la gente habla el mejor español. Todo indica que sobre sus
espaldas sobrellevará un fardo menos pesado. A Álvaro Uribe, su predecesor, le correspondieron ocho años de trabajo extenuante y complicadísimo, al enfrentar férreamente la narcoguerrilla de las FARC y el ELN y, de relevo, las fuerzas oscuras que están detrás.

Los paramilitares de derecha, asesinos como sus enemigos, aceptaron a regañadientes la desmovilización, lo que significó deponer las armas, aunque se resisten a lesionar la alianza con el narcotráfico. En las esferas gubernamentales encontraron socios; con todo, el aparato judicial funciona como tal, se lograron desenredar múltiples nudos, que evitaron la impunidad, que pudo haber favorecido a los extraditables del narco y a los cabecillas de los paramilitares.

La voluntad de diálogo entre el gobierno de Uribe y la guerrilla quedó fuera de la agenda nacional. La fallida experiencia en tiempos del inocente mandatario Andrés Pastrana era suficiente. En ese entonces, tuvo poco valor la existencia de “la zona de despeje del Caguán”, concedida a los guerrilleros, tal que las fuerzas armadas se mantuvieron a la distancia de tales territorios, mientras continuaban las
negociaciones de paz entre el gobierno y la insurgencia. Pastrana debió reconocer su
frustración. Terminando casi su gobierno, con el presidente Bill Clinton firmó el Plan Colombia; se deslizó al otro extremo.

Más antes, el presidente Belisario Betancur había intentado acuerdos con las fuerzas rebeldes, a fin de conseguir la pacificación. Los boicots y los complots, salidos de todas las partes, dieron al traste con los mínimos avances conquistados. Las mismas fuerzas armadas se empeñaron en estropearlos, lo que evidenció su fuerte ligamen con los paramilitares de derecha.

El periodo de gobierno de Ernesto Samper (1994 – 1998) registró la máxima turbulencia de la sociedad colombiana, al comprobarse los nexos de su campaña con el narcotráfico.
En realidad, Samper tuvo que dedicar tiempo completo a su defensa, su administración perdió total credibilidad; enfrentaba presiones de sus opositores, quienes abogaron
por su renuncia, al compás del malestar de Washington. El descalabro de la nación
era inminente.

Sin la presencia todavía de Hugo Chávez y sus pequeños satélites, la guerrilla colombiana continuaba golpeando la infraestructura, secuestraba, asesinaba a cielo abierto, ganaba terreno; combatía contra un ejército oficial mediocre y corrupto, el que pudo mejorar tras la asistencia de los Estados Unidos de América que ejecutó a la letra el Plan Colombia. Tampoco se quedaban atrás los cárteles del narcotráfico, acostumbrados a tejer alianzas con los paramilitares o bien con los rebeldes, dependiendo de los vaivenes del negocio de la droga.

El mayúsculo descrédito de los partidos tradicionales (el Liberal y el Conservador), responsables, en parte, de la erosión moral y fragmentación, la desigualdad social, así como de la violencia que la nación colombiana arrastra por más de un siglo, crearon las condiciones a favor del nuevo bloque político que permitió el ascenso a la presidencia de Álvaro Uribe, decidido a ganarle la batalla a la narcoguerrilla, sus cómplices en la violencia: los paramilitares y los narcotraficantes, como también restaurar la economía y garantizarle seguridad jurídica a los ciudadanos.

Luego de que se suponía que el país estaba al borde de caer al vacío, el disciplinado mandatario arrancó con la depuración y la modernización del ejército; convenció a los colombianos de la efectividad de su política de seguridad democrática; las instituciones públicas consiguieron un mejor funcionamiento, por lo que alrededor de Uribe se consolidó la unidad nacional, el factor determinante que permitió asestarle serios reveses a las organizaciones terroristas.

Los acosos exógenos y domésticos contra el mandatario estuvieron a la orden del día.
Entre los primeros, se cuenta la retórica “nacional populista” del presidente de Venezuela, Hugo Chávez y sus aliados del ALBA, que no dudaron en buscar sanciones y el aislamiento del gobierno colombiano, al suscitarse el ataque contra las FARC, hospedadas dentro del territorio del Ecuador.

Al final, Colombia salió bien librada de ese crítico episodio. A partir de aquí el gobernante venezolano, a punto de ver agotado su régimen de economía de Estado, se transforma en el símbolo inequívoco de la amenaza contra la seguridad nacional, de lo cual será testigo el candidato opositor Andreas Mockus, en uno de sus deslices verbales deja entrever un posible acercamiento con Chávez; lo que le deparó la aplastante derrota.

No dejó de ser una piedra en el zapato, la titubeante y confusa política de Washington que le cerró el paso al presidente Uribe, en lo referido a la aprobación del Tratado bilateral de Libre Comercio, pues según la Administración Obama, hay escasos progresos en materia de derechos humanos en ese país suramericano, que sigue en pie de guerra; en cambio, sí le es incrementada la asistencia militar, mediante el Plan Colombia. Al tiempo que a Pakistán, cuya agencia de inteligencia es colaboracionista de los talibanes afganos, se le libera de dichas condicionalidades, por lo que seguirá siendo objeto de cuantiosa cooperación en los diversos rubros, durante el próximo lustro.

Lo cierto es que el Presidente Álvaro Uribe logró desarticular en alto grado la narcoguerrilla, los paramilitares y los cárteles de la droga. Frente a esta especie de fauna son inútiles los marcos lógicos y la racionalidad. La opción efectiva resultó ser, para él, la guerra, la cual es además la prolongación de la política.

Ronald Obaldía González (opinión personal)

martes, 3 de agosto de 2010

En Costa Rica la economía ha sido política.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Señalar que “la economía del postre” dominó por sí sola el sistema productivo desde los inicios del periodo de maduración del Estado costarricense hasta avanzado el siglo XX, puede ser una hipótesis que tiene cierto sesgo economicista, puesto que discrimina fenómenos políticos y culturales, lo mismo que fenómenos propios del mercado interno, entre ellos, la receptividad a la apertura, inculcada por la inserción del café en la dinámica del comercio internacional.

Ciertamente, el café, el azúcar y el banano - este último producto, que al principio, lo monopolizaron las compañías transnacionales – fueron los que generaron las múltiples ganancias como resultado de los intercambios de este país con las principales metrópolis capitalistas. Lo positivo de esto, reside en el hecho en que los gobiernos costarricenses dedicaron buena parte de los ingresos fiscales, acumulados del esquema agroexportador, a la inversión en infraestructura, a saber, la construcción de ferrocarriles, carreteras, caminos vecinales, electrificación, escuelas, hospitales, edificios públicos, etcétera.

La acumulación de propiedades por parte de los cafetaleros en las ciudades principales del naciente Estado, se compensó con el otorgamiento de tierras a campesinos, incentivados a desplazarse al occidente y oriente del Valle Central; consecuentemente las tensiones sociales se neutralizaron.

Las colonias que florecieron en dichas regiones se incorporaron de manera rápida a la producción del café, adyacente a la producción de alimentos y al impulso de industrias artesanales, cuya combinación dio origen a mercados locales bastante dinámicos, gestores de plusvalía y de redes de comercialización, que funcionaron de manera simultánea a las exportaciones del café hacia los mercados externos.

Lo que quiero decir es que la hipótesis de “la economía del postre” es incompleta, porque pasa desapercibida la riqueza nacional de los mercados criollos que, cointegrados a la economía del café, fueron capaces también de desarrollar cualidades del capitalismo agrario y de servicios, las que a su vez incorporarías política social, acentuada con mayor vigor en las décadas de 1930 y 1940 y subsiguientes.

El fortalecimiento de las jóvenes colonias iba acompañado de fuerte inversión pública, parte de ella financiada por fuentes extranjeras. Esto las hizo menos dependientes de las ciudades centrales tales como San José, Heredia, Alajuela y Cartago. En parte fueron receptoras de la plusvalía de la economía del postre, pero con acento propio prosperaban a través del aprovechamiento de los minifundios que suplían las necesidades del consumo interno, lo que comportaba el establecimiento de una estructura de clases relativamente horizontal, la cual favoreció la distribución del poder político hasta llegar a interconectarse con las élites de las ciudades del Valle Central, por lo que se alcanzó el consenso que previno las divisiones regionales.

Las agroexportaciones y esos pujantes mercados domésticos, como factor unitario, fueron los responsables de fundamentar la cultura progresista del emprendimiento, la cual sentó, primero, las bases de los procesos de integración de la economía costarricense a los mercados regionales y globales. Luego será el precursor de la asimilación nacional de las corrientes de la apertura y la liberalización de los mercados, lo que ha facilitado en el siglo XXl la coexistencia entre la economía agrícola y la economía de servicios (alta tecnología, finanzas, turismo, comunicaciones), incluida la solución del conflicto de las desigualdades regionales que enfrentan no pocas naciones latinoamericanas.

El error del economicismo ha sido concentrarse en calcular el peso en los dos siglos anteriores que tuvieron determinados productos en la contabilidad nacional. En el caso particular de Costa Rica, convergieron las fuerzas productivas del mercado doméstico, con fuerte tendencia a la diversificación, responsables de construir pensamiento democrático, robusta institucionalidad y cointegración, todo lo cual, posteriormente, agregó valor a la estructuración gradual de un Estado pequeño
desarrollado, que hace tiempo conoció la aldea global.

lunes, 26 de julio de 2010

En América Latina hay que retornar al contrato social.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

La ley Arizona es descomunal, a causa de su naturaleza xenofóbica, racista y
discriminatoria, pero atrae el respaldo de más del 50% del público estadounidense.
La migración, componente de la agenda negativa, fuente de disputas interminables entre el mundo rico, que impone rechazos, controles y prohibiciones; al otro lado, el mundo meridional, plagado de limitaciones estructurales, incapaz de abordar y resolver las desigualdades y las arraigadas complejidades sociales y económicas.

Entretanto, las diásporas humanas son las víctimas directas de sus propios Estados Nacionales, muchos de ellos que se caen en pedazos, como consecuencia de antidemocráticas y férreas estructuras de poder y de clases sociales, que desatienden la inequidad social, bien sea también por el desviacionismo de la retórica populista, la corrupción irrefrenable o la acción del crimen organizado que erosiona lo mínimo de legalidad que ha podido subsistir en varias sociedades nacionales.

América Latina es de los reconocidos sujetos de esta pesada realidad. De ahí que la ley Arizona ha llegado a ser el antídoto sajón, cuya búsqueda de la neutralización de la cultura latina es su efecto inmediato. Porque a decir del brillante escritor mexicano Carlos Fuentes, ha puesto a los sajones blancos a aprender el idioma español, convertido en una real necesidad dentro de la mayoría de las corporaciones y empresas, empleadoras de mano de obra barata, demasiado indispensable para sus operaciones y ganancias.

Demasiado difícil es en América Latina llevar a cabo el recambio en las sociedades política y económica; todo da entender que a este continente desigualitario le es más fácil el camino, poco ético, de deshacerse de la pobreza extrema que golpea a un segmento inmenso de sus ciudadanos, defendiendo los derechos civiles de las diásporas en los países septentrionales, en tal caso en los Estados Unidos de América y Europa, o a la vez a un país vecino que se encuentra en mejor situación social. Costosa vía para dejar de asumir las responsabilidades del Leviatán, ese celoso Estado moderno que brinda seguridad y propiedad a sus súbditos sobre la base de un pacto social que les asegura paz y bienestar.

Tiene razón el expresidente Oscar Arias Sánchez al criticar a los gobernantes que están acostumbrados a endosarle totalmente la culpa al norte o al sistema capitalista del rezago que experimenta la región; cuando la realidad es que la construcción de una mejor Latinoamérica descansa en nuestras propias manos, creando democracia y reduciendo la violencia, mediante menos pobreza.

Tales gobernantes son incapaces de mirarse al espejo, a fin de corroborar la insuficiente institucionalidad de desarrollo de la cual se adolece; consecuentemente la debilidad de políticas públicas de las que son completamente ajenas la inmensa mayoría de los ciudadanos. Lo calamitoso se relaciona con la precariedad de los sistemas tributarios que corren a contrapelo de la dotación aceptable de servicios de salud, educación y vivienda a los grupos sociales postergados. Lo otro es la carrera armamentista, miles de millones de dólares se dedican a la renovación del equipo militar de las Fuerzas Armadas, lo que pone en entredicho la sensatez de no pocos Estados latinoamericanos.

Sin embargo, el fantasma de las leyes Arizonas seguirá construyendo muros de contención y sufrimiento en las fronteras, además de la persecución en las grandes metrópolis, alimentando al sur del río Bravo el pensamiento único que legitima la migración, cuando en verdad es distinta la génesis y la razón de ser del Estado nacional en su condición de soberano, la que reside en brindar felicidad y prosperidad a lo más preciado que posee en su territorio: su población.

lunes, 19 de julio de 2010

Centroamérica: a despertar la consciencia política.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Mientras la mayoría de los líderes políticos centroamericanos, con excepción de Costa Rica, adolezca del entendimiento humanista, centrado en el respeto a la dignidad humana, que la empuje al conocimiento de la realidad de sus pueblos, éstos serán siempre testigos de eventos violentos como los de Changuinola en Panamá, el Estado paralelo (mafioso) de Guatemala y el deterioro de lo mínimo de democracia, rescatable de Nicaragua. El caso particular de Honduras resulta tan patético como el de los otros, ya que el bloque autoritario sujeta, sin disimulo, las riendas del poder.

En dichas naciones, casi por igual, es evidente el déficit de perspectiva social. Lo
denotan, entre otras complejidades, las brechas sociales entre las áreas urbanas y
las zonas rurales periféricas, mezcladas de altas dosis de racismo y discriminación, cuya frágil frontera con el “apartheid”, pone en alto riesgo el funcionamiento democrático de las instituciones, erosionadas por prácticas corruptas, a las cuales se anexa la “Ley chorizo”.

El proyecto nacional de los descendientes de europeos criollos, el de los ladinos, así como el de los “rabiblancos”, difiere sustancialmente de los postulados democráticos, principalmente, de los intereses y aspiraciones de los sectores mayoritarios subalternos, excluidos de las políticas justas, relacionadas con la distribución del ingreso nacional, y por consiguiente de las insuficientes transferencias comunales a las clases más débiles; traducido todo esto en deficientes servicios de salud y educación, como también en empleos de baja remuneración.

Similar a los inicios de la formación de los Estados, más acá a los tiempos de las alianzas entre las élites dominantes, los caudillos militares y las Fuerzas Armadas, los resabios del autoritarismo incubados en tales etapas históricas, así como los métodos represivos, se niegan a ser desterrados en la región, ahora que apenas avanza el Siglo XXl, lo que presagia la inutilidad del discurso y las proclamas, por las que se promueven (ficticiamente) los valores democráticos.

Hagamos referencia a aquel entendimiento que persiga resolver en hechos tangibles el dilema entre el desarrollo económico y las políticas públicas, sustentadas en la equidad social. Si al cabo hay ausencia de conciliación en estos componentes, que en Centroamérica riñen, difícilmente las estrategias de seguridad ciudadana sean exitosas, por cuanto los tres se distinguen por su interdependencia.

Una vez solucionada esta contradicción, como modalidad de actuación del Estado y de la sociedad civil, se posibilita el camino hacia proyectos de gobernabilidad y cohesión nacionales, transitando hacia la verdadera reconciliación, que el solo fin de la guerra civil centroamericana ha estado lejos de consolidar. Lo ponen en evidencia los alarmantes registros sobre índices de criminalidad y violencia, como también la penetración del narcotráfico, evolucionando como poderosa economía subterránea, desafortunada opción de los estratos pobres y de los migrantes deportados de los Estados Unidos de América.

Cuándo las clases dirigentes del istmo aprenderán hacer política, o es que padecen de amnesia. Todavía quedan múltiples preguntas abiertas.

martes, 13 de julio de 2010

Ingredientes adicionales en la política costarricense.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

El gobierno de Laura Chinchilla ha ido conquistando su propia identidad. Lejos de los pavoneos y de las posturas sectáreas, mas apoyada en un magnífico equipo de gobierno, así como en una fracción legislativa remozada, la Presidenta ratifica su apuesta por el diálogo con los diferentes sectores, demostrando que este valor es su principal fortaleza.

El encuentro con los porteadores, la sensibilidad del proyecto de Ley General de
Electricidad, el enfoque civilista de la seguridad ciudadana, como también la
definición de sus prioridades en el Congreso, sus acercamientos con Centroamérica, son, entre otros eventos, una manera de convencer al pueblo que el consenso y la búsqueda de coincidencias, con todo y lo espinoso que resultan dichas vías, son componentes consustanciales del sistema democrático de derecho.

Tampoco se trata que sobre tal estilo de gobierno se eludan o posterguen las decisiones, o que el camino escogido de la “política grande”, corra el riesgo de desembocar en el inmovilismo institucional. Mientras sea comunicación que se sustenta en la verdad y la humildad, se tenga presente el respeto por la dignidad de los ciudadanos; la tolerancia al pensamiento de cada partido político y de los propios grupos de presión; sea apreciado el esfuerzo de los sectores de la sociedad civil que abogan también por el desarrollo nacional, nadie estará dispuesto a sacrificar el ejercicio del diálogo como principio y valor permanente.

La concertación ha sido parte del diccionario democrático de los costarricenses, una
virtud cívica que nos ha hecho muy particulares. En “la política grande” los césares
y únicos salvadores de las sociedades quedan descalificados. En cambio el disenso, el encuentro de ideas diversas, y después la aparición de las soluciones de los eventos, son las fibras de la nación abierta y pluralista. Los múltiples actores se disciplinan en ese modelo de cultura política, porque se convencerán que es la mejor fórmula para dar respuesta a las complejidades de la realidad nacional.

Esa misma disciplina evita los debates interminables como el ocurrido en torno al famoso Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América, que, sin necesidad, hubo de polarizar a Costa Rica, al igual que puso frenos a las decisiones basadas en el legítimo ejercicio del poder; agravado dicho fenómeno por la falta de competencia y autoridad de las ramas ejecutiva y legislativa, sea para votar a favor o en contra de ese instrumento jurídico.

Esa experiencia levantó un expediente histórico, el cual es de suponer que el
Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla busca archivar, dado que es preferible
economizar tiempo en pro de la democracia y la eficacia, buscando el acuerdo entre los sectores representativos de la voluntad popular, especialmente en tiempos en que es imprescindible avanzar en el mejor desempeño de la burocracia estatal, sin copiar,
por supuesto, el estilo de Ricardo Martinelli en Panamá. Lo anterior, por cuanto
la economía costarricense repunta, consiguiendo calificaciones positivas en la
inversión extranjera y en el ahorro nacional, la reactivación del consumo
doméstico, así como el dinamismo de las exportaciones de los productos y el turismo que experimentan también plena mejoría.

Demasiado se enfatiza en el tecnicismo político de la gobernabilidad, así como en el de la cohesión social, como factores determinantes del desarrollo de las naciones. En lo personal, ambos los complementaría con el término “rapport”, usado a menudo por la psicología estadounidense . En nuestro idioma éste significaría lo hecho por
la gente para construir entre sí relaciones armoniosas y entendimientos precisos;
comportamiento provechoso en la acción política, pues es revelador en la generación de confianza y simpatía.

Justamente, en estos dos meses es lo que ha probado ser este gobierno:
tiene “rapport”, que en la versión de “la gran política”, quiere decir, que los costarricenses tenemos un gobierno con elevada calidad humana.

viernes, 9 de julio de 2010

Un caso positivo de multilateralismo (exclusivo).

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

El régimen teocrático del Irán fue nuevamente objeto de una ronda de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A pesar de sus diferencias en los distintos órdenes de las relaciones internacionales, esta vez las cinco potencias
globales: Estados Unidos de América, Rusia, China Popular, Inglaterra y Francia alcanzaron, entre ellas, unanimidad en la insólita resolución, tendiente a congelar los activos bancarios iraníes colocados en el extranjero, además serán detenidos los barcos sospechosos de transportar armamentos a favor de los ayatollahs islámicos, ello entre otras medidas punitivas.

Dicha determinación del órgano superior de las Naciones Unidas vino a superar la postura de los desentendimientos, en especial por China Popular y Rusia renuentes a sanciones mayúsculas, a causa de los proyectos atómicos del régimen de los ayatollahs, éste empecinado en continuar enriqueciendo uranio, el principal combustible de las centrales nucleares; en burlar la AIEA, la organización responsable de supervisar los proyectos atómicos; en resistir las ofertas diplomáticas de dotar al Irán de cooperación financiera a cambio de desistir de tales planes armamentistas.

Desde un principio las sanciones las impulsó los Estados Unidos de América, pero convenciendo simultáneamente a Israel de controlar sus tentaciones de atacar a los iraníes, señalados como su principal amenaza a su seguridad doméstica por su apoyo y financiamiento al terrorismo; al cabo también para las naciones árabes sunitas como Arabia Saudita, Egipto, Jordania, al mismo Líbano (cristiano y árabe sunita), recelosas de los proyectos expansionistas en el Medio Oriente de los Ayatollahs chiitas, envueltos últimamente en artificios con los talibanes afganos.

El crucial acuerdo de las cinco potencias soportó el descrédito de la acción del ejército israelí, el 31 de mayo de los corrientes, por la cual debió asaltar el ferry que se dirigía hacia la Franja de Gaza, a respaldar la organización extremista Hamas, quien niega la paz y el derecho a la existencia del Estado hebreo y se declara enemiga de la Autoridad Palestina. Las negociaciones que permitieron la resolución del Consejo de Seguridad, pudieron fracasar, por cuanto Washington desistió de condenar a Israel por ese hecho - lo que esperaba quizás China y Rusia - , si bien subrayó que es insostenible la situación de los palestinos residentes en Gaza. Increíblemente, el gobierno de Barack Obama “ganó poder de lobby”, por lo que logró concretar su cometido contra Teherán.

Puede ser que tenga algo de cierto lo vociferado en Shanghái por Mahmud Ahmadineyad, el presidente iraní, que las nuevas sanciones apoyadas por todos los miembros permanentes del Consejo son “un papel sin valor”. De cualquier modo, las anteriores medidas fueron insuficientes en disuadir al desviado régimen teocrático. Sin embargo, tampoco surtieron efecto las maniobras del Irán de atraer al Brasil y a Turquía con vistas a apresurar un acuerdo tripartito, desaprobado por la Casa Blanca, que incluía el enriquecimiento de uranio fuera del territorio persa.

Con base en “el multilateralismo restringido”, lo significativo de la decisión del Consejo de Seguridad ha sido la responsabilidad y respuesta colectiva de cooperación de las cinco potencias en materia de paz y seguridad, encaminada a evitar que la barbarie inherente en ese régimen teocrático, que, además de oprimir a su pueblo, dotado de capacidad nuclear, sea capaz de transformarse en peligrosísimo factor de desequilibrio en el Medio Oriente, encadenado con la pesadilla del Pakistán (nuclear), a las amenazas de Al Qaeda y los talibanes; todo lo cual es material suficiente para dificultar la estrategia antiterrorista contra los grupos islámicos, enemigos de la libertad, el pluralismo y la diversidad.

En consecuencia, el poderío atómico debe residir en las manos responsables de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, es su derecho natural, que trasciende la simple concesión de la comunidad internacional, ya que en buena teoría política, juntos lograron exterminar el fascismo, así como superar los riesgos de la confrontación nuclear en el período de la Guerra Fría.

A fortalecer fronteras pacíficas y prósperas.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.


Llena de satisfacción que la política exterior de los Estados nacionales adquiera una diversidad de formas, de modo simultáneo con otras disciplinas del quehacer humano.

Asimismo, es frecuente la evolución de aquel tipo de diplomacia tradicional, sustentado en las formas y los estilos estrictos, lo que da paso a expresiones de trabajo tangibles y útiles que coinciden con “los anhelos y reivindicaciones” de la sociedad civil en su conjunto, bajo la responsabilidad de atender sus necesidades y problemas primarios.

Parece haber consenso en que la política exterior se ha arropado de lo que se ha dado en llamar los “temas emergentes”, unos más conflictivos que otros; sin embargo, algunos de ellos forman parte de “la agenda blanda”, la cual se refiere a la cooperación para el desarrollo. En el caso particular de Costa Rica, desde hace veinte años ha sobresalido la situación de sus fronteras territoriales, al punto que un convenio de avanzada en dicha materia se logró finiquitar con Panamá, otro de menor rango se acordó con Nicaragua; aunque con esta última nación los desentendimientos han estado a la orden del día, en especial por las controversias en torno a la navegación sobre el río San Juan.

Después de la aprobación de los instrumentos binacionales, hubo una suficiente producción de acuerdos (incumplidos) con esos países. Ahora con el inicio del actual gobierno, se ha despertado la consciencia en que es preferible quitar grasa y dejar músculo. Esto quiere decir, que llegó el momento de pasar de las declaraciones y buenas intenciones a los hechos, lo que implica hacer labor con lo que es viable.

Recuerdo el impacto favorable de las visitas del Canciller Fernando Naranjo a las zonas fronterizas, las cuales son una joya multicultural y multiétnica, así como los resultados efectivos que depararon. Si no me equivoco era la primera vez que el jefe de la diplomacia costarricense hacía un recorrido oficial de tal envergadura, cuyo propósito era palpar la realidad de esas regiones, consultando el punto de vista de las organizaciones de base.

Sería conveniente recobrar esta práctica que inició el Canciller Naranjo. Constituiría una manera de recuperar la confianza de la sociedad civil, en cuenta la de los gobiernos locales, quienes reclaman la inexistencia de logros reales en la región, basados en los principios del desarrollo transfronterizo, a pesar de la excesiva elaboración de documentos de diversa índole, anaqueles de diagnósticos, promesas, reuniones infructuosas. En el fondo hay frustración por la falta de empuje, continuidad y seguimiento a los marcos de referencia binacionales.


Obsérvese la siguiente experiencia. Dos o tres años atrás, se planificó un trabajo serio con la Universidad de Costa Rica y el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, tanto que el gobierno de Panamá acogió con agrado la idea de concretar un proyecto específico de construir una especie de boulevard en Paso Canoas. Sin embargo, en una fase del proyecto, JUDESUR (la Junta de Desarrollo del Sur) echó marcha atrás, pues le interesaba fortalecer el Depósito Libre de Golfito. En aquella ocasión algunos funcionarios públicos - incluidos unos de esta Cancillería - se ocuparon, inexplicablemente, de echar carbón a la hoguera; de esta forma, el proyecto con la Universidad quedó abortado; al final las instancias ocupadas en el tema se desanimaron.

La lección de la fallida experiencia, fue en gran medida al evidente conflicto de intereses entre lo que se pretendía para Paso Canoas, que era remodelarlo, empezando con iniciativas reales, contra las ganancias acumuladas por el Depósito Libre, al que le es inaceptable la competencia, más si se toma en cuenta que son los jordanos, los iraníes, palestinos, sirios y chinos los que se benefician del movimiento comercial del cordón fronterizo.

En lo que respecta a trabajar en cualquier región transfronteriza, específicamente en la parte meridional, es insoslayable valorar los nuevos factores, uno de ellos es definir con precisión la oferta del Poder Ejecutivo a los moradores, así como la medición de las expectativas de los distintos actores sociales y económicos. Tomando en cuenta el ejemplo de Paso Canoas, ahí deben converger, bien o mal, los intereses objetivos del Depósito de Golfito y JUDESUR; de no ser así los resultados serían modestos. Igualmente, cabe sopesar el factor social y cultural en Sixaola, cuando sale a relucir la resistencia de los habitantes a que la colonia sea removida hacia puntos geográficos, menos expuestos a los desbordamientos del río del mismo nombre.

A la Cancillería, MIDEPLAN, etcétera, así como los Ministerios que cuentan con oficinas regionales en los cordones (trans) fronterizos les corresponde, sin excusas, la tarea de producir estrategia en dicha materia. Ello significaría definir
claramente los objetivos que sean factibles de alcanzar. Luego esto se simplificaría, si se trabajara con perfiles, arrancando con lo ya acordado por Costa Rica con Nicaragua y Panamá, pues a través de los diferentes mecanismos de consultas bilaterales, se han determinado de mutuo acuerdo las necesidades y los problemas: una de las fases complejas.

Las municipalidades por lo general son débiles frente a entidades que las superan en organización y recursos económicos. Por eso hay que involucrar en las acciones y esfuerzos a poderes superiores, tales como los Diputados de la zona, los ejecutivos de las oficinas desconcentradas, a todo el sector empresarial de las comunidades limítrofes. Y en circunstancias concretas de la región sur, es necesario conquistar la voluntad de poderes fácticos, a saber, JUDESUR y la dinámica política y social de Golfito, cuyo Depósito es ahora más poderoso por la nueva legislación decretada a su favor.

Lo otro es la voz de los emprendedores locales, los comerciantes informales de Paso Canoas, Río Sereno, Laurel, Sixaola, Los Chiles, Upala, los líderes de las organizaciones civiles, los dirigentes de los partidos políticos, etcétera, que de ninguna manera hay que excluir, en lo que respecta a determinar la estrategia fronteriza. En ello, se deben reconocer las particularidades de cada región, en consonancia con la filosofía de proteger los vínculos históricos y las formas de convivencia y asociación desarrolladas por costarricenses, panameños y nicaragüenses en ámbitos de fronteras de paz y solidaridad.

lunes, 31 de mayo de 2010

Desarrollo social y la protección de la infancia.

Por: Lic. Ronald Obaldía González/Politólogo.

Abordemos la problemática de la agresión contra los niños y los adolescentes, la cual rara vez sale a relucir en los medios de comunicación, excepto en Costa Rica, donde hubo la semana pasada un debate interesante, bajo la guía de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, cuyas disciplinas científicas han hecho ingentes esfuerzos por ofrecer teorías aplicadas, desnudando las causas y consecuencias de este flagelo, casi tan destructivo como la guerra o la criminalidad convencional.

La psique del individuo, o sea el alma o su fuerza vital, que no es otra cosa que los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad, experimenta profundos deterioros frente al abandono, la violencia y las diferentes manifestaciones de abuso, en particular al ser los niños y los adolescentes las víctimas.

Permítanme los estudiosos de la conducta humana hacer referencia de este mal endémico, al partir del supuesto en que la patología llega demasiado lejos: las secuelas repercuten en el conjunto de la sociedad. Determinada nación, con una colectividad de individuos que padece enfermedades emocionales, entre ellas, la depresión, el principal síntoma de aquellas personas adultas, quienes fueron agredidos por “sus progenitores o tutores”, es proclive a generar también una cultura o pensamiento social depresivo o infeliz, susceptible de coincidir con religiones fatalistas o doctrinas políticas polarizadoras.

No es casualidad que sea en las naciones pobres y subdesarrolladas donde se reportan las cifras elevadas sobre casos de abuso infantil, en las que también predominan los estados de conflicto social y de extrema violencia. En cambio, este tipo de criminalidad contra los menores de edad es ínfimo en las regiones escandinavas, cuya población disfruta de los índices superiores de desarrollo humano.

Una persona que desde los primeros años de su vida fue objeto de agresiones físicas, morales y verbales en su grupo primario, sea en la familia o vecindarios de elevado riesgo, arrastra una alta probabilidad de convertirse en un incapacitado, en lo que respecta a establecer luego vínculos sanos y constructivos en sus primeras comunicaciones con su medio social secundario, a saber, en la escuela, los amigos del barrio, la ocupación, etcétera. La baja autoestima acumulada, la inseguridad personal y la falta de confianza en sí mismo, lo han programado de manera negativa hacia la fase biológica de adulta.

La poca tolerancia a la frustración por parte del adulto, como resultado de ese paquete de desestímulos, que entraron libremente en la psique del sujeto agredido, en la sensible etapa de los 0 a los 8 años, lo colocarán posiblemente en posición desventajosa, ya que además de lidiar frente a las adversidades externas, deberá abocarse (para sobrevivir) a la tarea de resolver sus minusvalías internas, sembradas en ese periodo (biopsicosocial) de indefensión, el que Sigmund Freud destacaba como el determinante en el desarrollo de la personalidad del ser humano, pues la naturaleza de los eventos de ese entonces habrán de condicionarlo.

Me pregunto si un niño o adolescente, que recibió de los progenitores o tutores humillaciones, desaprobaciones, crueldades, así como medidas correctivas incapacitantes se transformará en un adulto feliz y plenamente realizado. Abramos el panorama. Está por ver si en un país que, además de conflictivo, es indulgente frente al castigo corporal, la degradación e irrespeto contra los menores de edad, producirá bastantes individuos creativos, emprendedores u hombres mentalmente libres de temores, habilitados a convivir con los retos, o bien visualizar los riesgos como oportunidades, todos ellos, los que al final son los portadores de riqueza e inteligencia en las sociedades.

De ser cierto que la frecuencia de los atropellos contra los niños y adolescentes proliferan en las familias de menores ingresos, entonces se infiere que dicho fenómeno es, asimismo, un factor de pobreza, lo que en parte explica el rezago estructural (social y económico) de las naciones del África, Asia y América Latina, si es que aceptamos que esa clase de delito discapacita a los niños, a causa de los traumas que acusan. Lo que viene a ser la base de conductas débiles y disfuncionales. Por el contrario, si desde el inicio de sus vidas (como en Finlandia) los niños hubieron de recibir afecto y estímulos creativos, es mayor la probabilidad de cosechar personas gozosas, con una visión optimista de la vida, innovadores y dispuestos a contribuir con el desarrollo de sus sociedades.

Todo lo anterior, un material en Costa Rica para poner atención a la salud mental, resumido en la fórmula conductista: “estímulo – mente – respuesta”, por aplicar necesariamente en las políticas públicas, relacionadas con el sistema de “cuido a los niños”.